¿Cuál será la estrategia a seguir en el proceso de demandas? ¿Contra quién se dirigirán?
La historia está clara: aquí ha aparecido un cadáver, el Banco Popular, y el Santander es el tanatorio. En ningún caso se nos ocurriría ir contra el banco cántabro. Tenemos claro que hay que buscar al `asesino¿, empezando por sus gestores. Una vez aclarado eso, se podrá poner en marcha otro proceso contra instituciones, Banco de España, Gobierno y Bruselas, que han permitido la muerte del banco. Pero primero, los gestores de la entidad.
¿Creen que solo tienen oportunidad de recuperar el dinero perdido los accionistas que acudieron a la ampliación de capital de 2016?
Sinceramente, no creo que vaya a limitarse a eso. Lo que intentamos demostrar es que puede haber un delito de administración, que vaya más allá de la ampliación de capital del banco. Una ampliación a la que se llegó por la mala gestión de la entidad.
¿Cabe la posibilidad de que los accionistas demandantes se retiren del proceso judicial una vez perciban la compensación que Santander prepara para ellos?
No sabemos cómo serán las compensaciones del Santander, pero entendemos que cada persona tendrá que arbitrar y decidir si el banco les convence con la oferta, y hay que respetar esa decisión. Lo que está claro es que los accionistas afectados son personas a las que hay que rescatar, sea Santander o el Estado quien lo haga, y hay que devolverles todo el dinero que invirtieron en la entidad y que ahora han perdido, además de los daños morales causados.
¿Cómo valora el proceso de liquidación del Popular?
En España llevamos operando años de una manera esquizofrénica con la crisis bancaria. Cuando no tocaba rescatar (con las Cajas), se decidió hacerlo. Y ahora, ya se sabe que existen más de 60.000 millones de euros de aquel rescate que no se recuperarán nunca. Ahora estamos ante un caso en el que accionistas, personas, lo han perdido todo. Y a ellos sí que habría que rescatarles, interviniendo, poniendo en marcha el rescate y depurando todas las responsabilidades.
Pero al final, con Banco Popular, y a diferencia de la banca italiana, se ha aplicado la norma que dicta el Mecanismo Único de Resolución¿
Sí, pero en condiciones que no son propias del propio Mecanismo. Antes de dictar de un día para otro la resolución del banco, tendrían que haber investigado qué ha pasado con una gestión que ha llevado a la entidad a tener un problema tan enorme como para su liquidación. Y luego, aplicar el sistema de resolución.
¿Ve alguna similitud entre este caso y el de Bankia, donde finalmente el Supremo determinó la falsedad de cuentas?
Sin duda. Banco Popular parece un `Caja Madrid II¿. Es lo que intentamos averiguar. Los gestores han podido esconder información, hay cierta apariencia de créditos blandos (préstamos que se entregan en condiciones ventajosas, como plazos de devolución más amplios de lo habitual o tipos de interés por debajo del mercado). También han existido refinanciaciones que no tendrían que haberse llevado a cabo, porque los créditos eran fallidos. Y, por su puesto, ha habido falta de información veraz de cara al accionista.
¿Cómo valora el papel del Banco de España en el proceso?
No puedo decir nada ahora. Nosotros vamos, primero, contra los gestores, porque el supervisor no tiene operatividad sobre el banco. Pero dependiendo del grado de indicios, sí se debería ver qué ha pasado con el Banco de España, porque es difícil comprender por qué nos pintan un caso que venía arrastrándose desde hacía un año o más como si hubiese sido un problema de última hora.
¿Y las intervenciones públicas del ministro de Economía, Luis de Guindos, asegurando solo unos meses antes de la liquidación, que el Popular era solvente?
Fue un grave error, pero insisto en que hay que ir paso a paso. Primero, a por los gestores del banco, y a partir de ahí habrá que ir desenmarañando todos los errores cometidos. Y si alguien ha dicho que Popular estaba bien, mandando mensajes de tranquilidad, y sabía que no era así, veremos qué pasa con ellos.
Existe casi una decena de Asociaciones y bufetes de abogados movilizándose para litigar en diversos frentes en el caso Popular, ¿no cree que esto puede tener un `efecto dilución¿ en el camino de las demandas?
A nosotros se nos está acercando mucha gente, particulares y asociaciones como la Asociación Independiente de Afectados por el Popular. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de más de 300.000 familias afectadas que han perdido todo lo invertido en las ampliaciones de capital realizadas por el banco. Y que se defiendan acudiendo a profesionales con distintas perspectivas no es algo negativo. Pero es cierto que si la dispersión es demasiado elevada, podría haber una distorsión de los objetivos. Por eso, hemos empezado a ponernos en contacto con las distintas plataformas, y en función de lo que hablemos, iremos montando la acción a llevar a cabo. Desde nuestro despacho estamos abiertos a todo el mundo.