Las sanciones, que prohibirían cualquier transacción en dólares para la petrolera venezolana PDVSA, están entre las más duras en discusión en la Casa Blanca, dijeron las fuentes a Reuters.
Estados Unidos trata de presionar a Maduro para que descarte los planes de convocar una Asamblea Constituyente para reescribir la carta magna.
La economía venezolana, basada en los ingresos petroleros, sufre una feroz recesión y el desplome de la moneda. En medio de estos problemas, Maduro afronta meses de protestas en su contra durante los que han muerto unas 100 personas. Las sanciones a las transacciones en dólares le harían más difícil a Caracas obtener dinero para pagar deuda y la importación de productos básicos.
La Casa Blanca declinó comentar sobre las medidas en consideración. PDVSA y el Ministerio de Petróleo de Venezuela no respondieron de inmediato a los pedidos de comentarios.
Las medidas que se discuten sobre Venezuela son similares a las impuestas a Irán por su programa nuclear, lo que recortó a la mitad las exportaciones petroleras de la república islámica. Esas sanciones son vistas como unas de las más efectivas jamás impuestas y llevaron a un acuerdo que limitó la actividad nuclear de Teherán.
Las medidas sobre transacciones financieras le darían al Gobierno del presidente Donald Trump el poder para sumar presión contra Caracas, al amenazar a cualquier empresa estadounidense que haga negocios con PDVSA o a bancos locales que procesen sus transacciones en dólares.
El Gobierno de Trump también está discutiendo impedir las importaciones a Estados Unidos de petróleo venezolano, aunque no se tomó ninguna decisión al respecto, dijo el responsable.
Una sanción sobre las transacciones en dólares sería mucho más dura que una a las importaciones, porque haría más dificultosa la compra de petróleo venezolano para refinerías o comercializadores y no solamente para los consumidores en Estados Unidos. Esto haría que las refinerías estadounidenses tengan que salir a buscar nuevas fuentes de suministro de crudo.
Estados Unidos podría usar petróleo de su reserva estratégica para afrontar el impacto de cualquier faltante a corto plazo, dijo a Reuters el asesor político.
Estados Unidos compró 780.000 barriles por día (bpd) de crudo venezolano y productos refinados en los primeros cuatro meses del año, según la Administración de Información de Energía (EIA, por su sigla en inglés), un 8 por ciento del total de sus importaciones. PDVSA es un importante proveedor de Valero Energy, Phillips 66 y Chevron Corp.