El ladrillo español sigue ganando salud y atractivo para los inversores, pero no es ese el motivo que ha acelerado en las últimas semanas el estreno bursátil de multitud de sociedades cotizadas de inversión inmobiliaria (socimi). El cambio normativo que para estas compañías entra en vigor este mes de agosto es el verdadero responsable.
Solo en este mes de julio, seis socimi han dado el salto al Mercado Alternativo Bursátil (MAB), donde cuentan con un segmento específico de negociación desde finales del verano de 2013. En todo este tiempo, no se había registrado una actividad tan frenética y prolongada. Además, se ha producido el debut de compañías con perfiles muy diversos entre sí, incluso algunos insólitos hasta la fecha en el mercado español, como Kingbook Inversiones, especializada en inversión en infraestructura de gasolineras.
Desde Renta 4 Banco, uno de los actores más implicados en el desarrollo de estas sociedades y su posterior estreno en el mercado de valores, se señala sin dudar al cambio normativo como origen de este aluvión. Elías Rodríguez Viña, director del área de corporativo del banco de inversión español, subraya que la necesidad de salir al mercado a partir de agosto cumpliendo desde el inicio con los requisitos de difusión del accionariado complica el proceso, lo que no resta para que desde la casa mantengan la previsión de que de aquí a final de año serán unas 45, incluso 50, las socimi que estarán admitidas a negociación en el MAB. Actualmente, contando los debuts anunciados, son 39 las que cotizan en esta plataforma.
El cambio normativo en cuestión lo introduce la Circular 1/2017 publicada por el MAB el pasado mes de abril. En ella se establece que la difusión de acciones debe cumplirse desde el momento de su admisión a negociación, y no un año después como hasta ahora venía establecido por la normativa vigente. El requisito, antes en diferido y ahora de efectos inmediatos, es que al menos un 25% del capital de las socimi -o bien acciones por valor de dos millones de euros para las sociedades de mayor capitalización- esté en manos de pequeños accionistas que en ningún caso han de sobrepasar el 5% a título individual.
La proximidad de esta nueva obligación es la que desde el sector apuntan que ha acelerado un proceso de estrenos que de por sí ya contaba con un ¿flujo recurrente¿, como señala Rodríguez Viña. El experto de Renta 4 explica que ¿el margen de un año desde el día del estreno daba la oportunidad a las socimi de organizar mejor su estructura accionarial¿. Además, no pasa por alto el hecho de que con las credenciales de transparencia y control que otorga el ser ya una compañía cotizada, la búsqueda y entrada de inversores minoritarios se convertía en una tarea más sencilla que hacerlo antes de debutar, razón por la cual hasta ahora computaba para este requisito de difusión el paquete de acciones puesto a disposición del cuidador -proveedor de liquidez-, con mandato de colocar entre terceros.
Más allá de las ventajas fiscales que supone el modelo societario de las socimi, que ha animado a muchos patrimonios familiares invertidos en ladrillo a apostar por este sistema, la relativa madurez del mercado, el resurgido apetito inversor por lo inmobiliario y las mayores tasas de ocupación de los activos, unido al obligado reparto recurrente de dividendos, ya vienen contribuyendo a dotar de liquidez y profundidad al mercado. Dos aspectos que para el responsable de área de Renta 4 Banco mejorarán sensiblemente una vez que comience a cumplirse de forma efectiva en las socimi la requerida entrada de minoritarios.
Las voces más críticas del sector ponen en duda el efecto de la iniciativa al compararla con los conocidos como `mariachis¿ de las sociedades de inversión de capital variable (sicav), accionistas minoritarios con un peso testimonial y vocación de permanencia que tampoco aportan liquidez, sino más bien la cuota necesaria para cumplir los requisitos de difusión que también rigen para estas sociedades. Sin embargo, el hecho de que grandes corporaciones estén apostando por este modelo, dan argumentos a quienes defienden la efectividad de la medida.