Al cierre de las operaciones, el Dow Jones subió un 0,18 % hasta 22.158,18 puntos, el S&P 500 avanzó un 0,08 % hasta 2.498,37 unidades y el índice Nasdaq subió un 0,09 % hasta 6.460,19 enteros, los tres en niveles nunca vistos.
Por segundo día consecutivo, las tres principales referencias de Wall Street acabaron en máximos históricos, después de una jornada tranquila en la que terminaron decantándose por las compras animados por el sector energético tras una fuerte subida del petróleo.
El barril de Texas terminó por encima de los 49 dólares, su nivel más alto en cinco semanas, mientras que el crudo Brent superó los 55 dólares, tras conocerse hoy un aumento menor de lo esperado sobre las reservas semanales de crudo.
Los inversores estuvieron pendientes de las negociaciones sobre la reforma fiscal en Estados Unidos, donde el presidente, Donald Trump, urgió hoy al Congreso a aprobar con rapidez un plan que, dijo, contempla el "mayor" recorte de impuestos de la historia del país.
Por otro lado, el Departamento de Trabajo publicó antes de la apertura que el índice de precios al productor (IPP) subió un 0,2 % en agosto tras el leve descenso del mes anterior, lo que dejó el incremento acumulado en el último año en el 2,4 %.
Al final los sectores en Wall Street cerraron divididos entre los avances del energético (0,85 %), el financiero (0,01 %) o el tecnológico (0,01 %) y los descensos del de materias primas (-0,76 %), el sanitario (-0,49 %) o el industrial (-0,23 %).
Chevron (1,50 %) lideró las ganancias en el Dow Jones por delante de Verizon (0,98 %), Disney (0,95 %), General Electric (0,84 %), Microsoft (0,71 %), Intel (0,67 %), Boeing (0,56 %), UnitedHealth (0,44 %), McDonald's (0,43 %) o United Technologies (0,38 %).
Al otro lado de la tabla encabezó las pérdidas Caterpillar (-1,08 %), por delante de Pfizer (-0,88 %), Travelers (-0,79 %), Apple (-0,75 %), Cisco Systems (-0,71 %), Visa (-0,36 %), Johnson & Johnson (-0.14 %), 3M (-0,07 %) y Merck (-0,02 %).
En otros mercados, el petróleo de Texas subía a 49,37 dólares, el oro bajaba a 1.326,4 dólares la onza, la rentabilidad de la deuda pública a diez años progresaba al 2,186 % y el dólar ganaba terreno al euro, que se cambiaba a 1,1883 dólares.