El acuerdo comercial fue firmado el pasado 30 de octubre en Bruselas en una cumbre a la que asistió el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, pero antes fue necesario pactar una declaración "aclaratoria" adjunta al tratado que atiende a las preocupaciones expresadas por algunos Estados miembros.
En concreto, la región belga de Valonia, amagó con vetar la aprobación del CETA por parte de Bélgica a nivel europeo y puso como una de las condiciones para retirar sus reservas que el tratado, de 1.500 páginas, se sometiera al dictamen del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE).
De hecho, el Gobierno belga ejecutó este derecho a principios de septiembre y pidió al tribunal con sede en Luxemburgo un dictamen que aclare si el CETA "es compatible con los Tratados de la UE, en lo que afecta a los derechos fundamentales".
En todo caso, tanto la UE como Canadá han alabado los beneficios que a su juicio supone este tratado de libre comercio. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha destacado en un comunicado que el CETA es "un instrumento para el crecimiento" que "beneficia a las empresas y los ciudadanos de Europa", así como una herramienta para "proyectar los valores" de la UE, "encauzar la globalización y configurar las normas del comercio mundial".
"Las cosas están a punto de cambiar para nuestros exportadores. La entrada en vigor provisional permite a las empresas y los ciudadanos de la UE empezar a aprovechar de inmediato las ventajas de este acuerdo", ha subrayado la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström.
El día de la firma del acuerdo, Trudeau afirmó que el CETA es un tratado "moderno y progresista" que reconoce que los Gobiernos tienen el derecho a defender las preocupaciones de sus ciudadanos" en materias como el medio ambiente, normas laborales y reglas sanitarias.
De esta forma, desde este jueves se aplicará el 98% del pacto de libre comercio, a la espera de que todos los Estados miembros completen los procedimientos nacionales de ratificación. Hasta ahora sólo lo han hecho Letonia, Dinamarca, España, Croacia, Malta y Portugal este miércoles.
Según datos del Ejecutivo comunitario, un total de 5.449 empresas españolas exportan a Canadá, de las que un 91% son pequeñas y medianas empresas. Los principales productos que se exportan al país norteamericano desde España son fruta, carne de cerdo, vino, vinagre, pimientos y componentes de ascensores y aviones, entre otros.
Además, Canadá es el socio comercial número 20 de España, con unas exportaciones valoradas en 1.400 millones de euros y unas exportaciones con un valor de 900 millones, por el superávit español asciende a 500 millones de euros.