Las cifras remitidas por los fondos de inversión españoles a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) al cierre de 2016, y recopiladas en el Informe BME sobre la distribución de la propiedad de las acciones, señalan una inversión total de 8.530 millones de euros en Bolsa doméstica. Este montante es 220 millones inferior al del cierre del ejercicio precedente y mucho más distante de los casi 14.000 millones que ostentaban hace exactamente una década.
El retroceso también es notable en cuanto a peso relativo sobre el conjunto de capitalización del parqué español. Los fondos de inversión nacionales cerraron el pasado ejercicio con una representatividad del 1,27% sobre el Mercado Continuo, dos puntos básicos menos que en 2015. Al término del ejercicio 2005, su cartera alcanzaba un 2,10% del valor conjunto de las cotizadas, con lo que desde ahí la caída supera el 39%.
Los fondos de inversión se engloban en la categoría de instituciones de inversión colectiva, compañías de seguros y otras financieras dentro del informe elaborado por BME. A pesar de que los fondos de pensiones sí han incrementado ligeramente su apuesta por la Bolsa española, el conjunto de vehículos de este segmento experimenta una caída de cinco puntos básicos hasta un 7,4% de posición relativa. En este caso, los máximos se remontan a los años 1998 y 1999, cuando la suma de sus carteras alcanzaba un 10,2% de la capitalización conjunta del parqué madrileño.
La retirada patriótica se repite en las sociedades de inversión de capital variable, más conocidas por el acrónimo sicav. Estas empresas habitualmente empleadas en la gestión de grandes patrimonios han aflojado en un 7% su exposición a Bolsa española, hasta los 2.870 millones de euros.
Desde la sociedad rectora de la Bolsa española se recuerda que ¿en términos comparativos con los mercados anglosajones y también con el conjunto de la Unión Europea, la participación de este grupo es muy reducida¿. En este sentido, su peso inferior al 1,5% de los últimos diez años se queda muy lejos de emular porcentajes de su entorno más inmediato. Al término del año 2012, se marcó un mínimo del 0,68% en el mercado español frente al 28% que arrojaba la media comparable europea.
Mientras tanto, los inversores extranjeros no solo han revalidado, sino incrementado, su liderazgo en la propiedad de las acciones de las compañías cotizadas españolas. Al término del año pasado, sus carteras suponían el 43,1% del valor total de las mismas. Su cuota aumenta siete décimas y supone la cifra más alta de la serie histórica, casi 13 puntos superior a la anteriormente vigente en 1992.
Las familias españolas redujeron en 2016 un punto porcentual su participación en Bolsa hasta el 23,4%, tras tres años consecutivos de subidas. No obstante, permanecen como segundo grupo propietario después de extranjeros.