Por esto, el BoE ha propuesto, sin dar detalles, aumentar el nivel de capital requerido a los bancos y que conserven 10.000 millones de libras esterlinas (11.352 millones de euros) adicionales como una especie de protección o "bolsillo de riesgo" de cara a una posible futura recesión, al señalar que los prestamistas están subestimando su exposición a deudas incobrables al atribuir el repunte experimentado en los últimos años al comportamiento subyacente de la calidad del crédito y poco al entorno macroeconómico.

No obstante, la entidad presidida por Mark Carney ha asegurado que el crédito al consumo representa el 11% de la deuda de los hogares, por lo que, aunque no supone un riesgo para el crecimiento económico sí lo es para los prestamistas y su capacidad de soportar las pérdidas en una recesión. Este tipo de préstamos son los que tienen menos probabilidades de ser reembolsados en caso de que los consumidores se declaren insolventes por pérdida de empleo o los tipos de interés se elevaran fuertemente.

En este sentido, el BoE estableció un hipotético caso en virtud del cual hubiera un escenario en el que los tipos de interés se elevaran al 4% y la tasa de desempleo lo hiciera hasta e 9,5%. El resultado fue que los bancos podrían incurrir en pérdidas de hasta 30.000 millones de libras, el 20% de todos los préstamos al consumo.

BREXIT DURO

De igual forma, en su última evaluación sobre los riesgos para el sistema financiero británico, el banco central expresó su preocupación respecto a la posibilidad de un Brexit duro de cara a marzo de 2019, fecha prevista para que la salida de Reino Unido de la UE se haga efectiva.

Así, estima que la decisión del 'divorcio' podría tener un impacto de 20.000 millones de libras esterlinas (22.698 millones de euros) derivado de la discontinuidad de decenas de miles de contratos transfronterizos que podrían verse afectados, fundamentalmente de seguros y derivados; de las restricciones respecto al intercambio de información entre Reino Unido y la UE; y de restricciones sobre la prestación transfonteriza de servicios bancarios.

Por último, ha subrayado la importancia de que las entidades realicen planes de contingencia sólidos para afrontar todos los efectos que el Brexit provocará, y aconseja que los contratos existentes permanezcan como están y que solo sean los nuevos los que se vean afectados por la nueva normativa.