Así, según ha apuntado Praet, la estabilidad de los precios aún no se ha logrado y, por ello, cada decisión que se tome respecto a política monetaria, como el plan para reducir el programa de compra de activos (QE, por sus siglas en inglés), irá encaminada a la consecución de este objetivo.
"Aunque la recuperación económica en la zona euro sigue siendo sólida, amplia y resistente, (...) y los riesgos deflacionarios han desaparecido (...) la senda de la inflación todavía no es capaz de mantenerse en niveles compatibles con el objetivo del Consejo de Gobierno del BCE", señaló.
Asimismo, el economista explicó que para apoyar este ajuste, el BCE ha recurrido a un conjunto de medidas complementarias y recalibrado dicho paquete en varias ocasiones en línea con la evolución de las condiciones macroeconómicas, fundamentalmente teniendo en cuenta las perspectivas de estabilidad de precios y al estado de la transmisión de la política monetaria.
De esta forma, Praet subrayó que este ajuste sostenido es la contingencia principal que ha guiado y guiará siempre al BCE en la introducción o retirada de cualquier estímulo monetario. "Este otoño el Consejo de Gobierno del banco volverá a evaluar la situación y recalibrará sus instrumentos en consonancia", concluyó.