Al cierre de la jornada, el Dow Jones bajó 12,60 puntos y acabó en 22.761,07 unidades, mientras que el selectivo S&P 500 cedió un 0,18 % o 4,60 puntos, hasta 2.544,73 enteros.
Por su parte, el índice compuesto del mercado Nasdaq, en el que cotizan importantes grupos tecnológicos, perdió un 0,16 % o 10,45 puntos, hasta 6.579,73 unidades.
La sesión comenzó con dudas y sólo dos horas antes del cierre pareció agarrar dirección firme, para abajo, colocando a los tres indicadores claramente en terreno negativo, aunque dos de ellos, el Dow Jones y el Nasdaq, alcanzaron hoy nuevos récords intradía.
Aun así, se trató de una jornada con escaso volumen de negociación, influida en parte por el hecho de que es festivo en el sector público y en muchas empresas privadas de EEUU, aunque no en Wall Street, que sólo mantuvo cerrado el mercado de deuda.
Además, los operadores tenían la vista puesta en la nueva ronda de resultados empresariales trimestrales, que comienzan a partir de este martes y que esta semana incluirá, por ejemplo, al Bank of America y al Citibank.
Por sectores, el que mejor resultado sacó fue el tecnológico, que avanzó un 0,30 %, seguido del de bienes de consumo no cíclico (0,22 %) y del energético (0,16 %).
Entre los que más perdieron se incluyen el sector de materiales básicos, un 0,49 %, seguido del de salud (-0,45 %) y del de bienes de consumo cíclico (-0,38 %).
De los treinta títulos incluidos en el Dow Jones, el ascenso mayor lo tuvo la cadena minorista Wal-Mart (1,94 %), beneficiada por un nuevo sistema rápido de devolución de productos que se difundió en una jornada con escasas noticias.
Detrás quedaron la química DuPont (0,65 %) e IBM (0,62 %).
Las pérdidas dentro de ese grupo estuvieron encabezadas por General Electric (-3,94 %), tras conocerse la semana pasada que en noviembre próximo habrá un relevo en el puesto de director financiero del grupo industrial, así como otros cambios.
También sufrieron hoy Nike (-1,72 %) y el grupo bancario Goldman Sachs (-1,31 %).
En otros mercados, el petróleo de Texas terminó en positivo, hasta los 49,58 dólares el barril, todavía por debajo de los 50 dólares la onza, mientras que al cierre de Wall Street el oro avanzaba a 1.286,80 dólares la onza y el dólar se depreciaba frente al euro, que se cambiaba a 1,1746 dólares.