Así lo ha asegurado el economista Daniel Lacalle en una entrevista concedida a Europa Press con motivo de la presentación de su libro 'La gran trampa', donde analiza las medidas adoptadas por los bancos centrales para salir de la crisis y que, según el experto, han generado la percepción de que no hay riesgos, llevando a los agentes económicos a ignorar los excesos y desequilibrios pensando que la enorme cantidad de estímulos durarán eternamente.
En este sentido, Lacalle sostiene que la crisis de 2008 "no se generó por la falta de estímulos, sino por un exceso, al bajarse de una manera monstruosa los tipos de interés e incentivar agresivamente el endeudamiento". Este escenario, aseveró, se está repitiendo actualmente.
"La idea de un marco con tipos bajos y mucha liquidez parece algo fantástico, sin embargo, crea numerosos desequilibrios que devengarán en una crisis posterior", ha señalado. De hecho, asegura que en los últimos 50 años han tenido lugar más de 100 crisis, de las que cada vez se sale más endeudados y con menos herramientas para recuperar el dinamismo de la economía.
"El que piense que en los próximos cinco años no va a haber una crisis financiera tiene un problema con las matemáticas y las estadísticas", ha manifestado Lacalle. Según indicó, el exceso de estímulos, mal llamados políticas de demanda, han generado una crisis detrás de otra, mientras que los responsables de esta política aluden siempre a que "esta vez será diferente".
En opinión de Lacalle, los bancos centrales "no pueden imprimir crecimiento", ya que los estímulos monetarios no son "fórmulas mágicas" para que la economía crezca ni permiten salir de una crisis de manera "sana", ya que solamente incrementan la deuda total del sistema de una manera estratosférica, que actualmente se sitúa por encima del 325% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial y erosiona la capacidad de consumo de la clase media.
EUROPA 'ZOMBIE'
"Mientras el balance del Banco Central Europeo (BCE) ha aumentado de una manera desproporcionada, el crecimiento en Europa es muy pobre", ha indicado. Así las cosas, el economista asegura que estamos ante una Europa 'zombie', entendida como un agente económico que genera un beneficio operativo inferior al coste del pago de intereses de la deuda, es decir, que se mantiene viva a través de refinanciaciones constantes sin mejorar en su capacidad de pago.
Además de la sobrecapacidad, fundamentalmente de infraestructuras, en la que está inmersa la economía del Viejo Continente, el 9% de las grandes empresas de la eurozona se pueden considerar 'zombies', según el BIS (Bank of International Settlements), resalta el economista.
LA INFLACIÓN ES UN DESEQUILIBRIO MONETARIO
Para Lacalle, la inflación es una variable que solo importa a los gobiernos y a los sectores de bajísimo valor añadido: con la inflación, la deuda pública se desinfla y las empresas improductivas se mantienen con la subida de precios como si de una subvención artificial se tratara, ya que son incapaces de crear márgenes a través de sus productos.
"La inflación siempre es un desequilibrio monetario, no la debe decidir por decreto un banco central, sino que debe responder a la demografía, la tecnología, la democratización al acceso de bienes y servicios y a una mayor eficiencia global", ha señalado el economista.
No obstante, después de tantos años de estímulos monetarios, la inflación por el exceso de liquidez se está generando en los activos financieros, ya que este proceso económico "no va donde uno quiere, sino donde está el dinero".
Según ha explicado en la entrevista a Europa Press, con una economía 'zombificada', un enorme endeudamiento y sobrecapacidad, si se inyecta una enorme cantidad de liquidez, la inflación se irá a activos financieros. Lacalle destaca que, actualmente, los bonos soberanos cuentan con rentabilidades en mínimos históricos e incluso negativas y las bolsas se sitúan a múltiplos de burbuja.
'SE ACERCA EL INVIERNO'
Los gobiernos más endeudados deben prepararse para el cambio en la dirección de la política monetaria. "No se puede pensar que siempre será verano, en algún momento el invierno llegará", subraya el experto.
En el caso de España, aunque "ha hecho muchos esfuerzos y deberes", Lacalle cree que se sitúa lejos de estar preparada para un entorno en el que los bancos centrales retiren toda esa enorme liquidez de la economía, ya que el crecimiento del endeudamiento y el económico van desacompasados.
"Se debe alcanzar un punto en el que la demanda de bonos esté justificada por los fundamentales", ha insistido Lacalle, al tiempo que sostiene que el BCE tiene a sus espaldas las exigencias de los gobiernos de países como España o Portugal para dar continuidad al programa de expansión cuantitativa y, además, no se ha llevado a cabo la adecuada limpieza de los préstamos de difícil cobro.
"El BCE lanzó esta trampa y ahora se encuentra que él también está metido en la misma", ha concluido.