Durante su comparecencia en la comisión del Congreso que investiga el origen de la crisis financiera y el rescate bancario, Fernández Ordóñez ha destacado que el Gobierno empleó pocos recursos públicos para la reconversión del sistema bancario debido al impacto que podría tener en el déficit y por la crisis griega que se estaba produciendo en ese momento.
"Es evidente que dilató y multiplicó el trabajo de reconversión", ha afirmado, tras añadir que se podía haber acabado "directamente con más inyección de recursos públicos".
El exgobernador del Banco de España ha calificado la reestructuración bancaria como una "auténtica reconversión industrial bancaria" y ha reconocido que "todos", el Gobierno, los supervisores y los organismos reguladores cometieron un conjunto de errores que, además, fueron compartidos por los Parlamentos europeos.
"Se hicieron mal muchas cosas y no se vieron muchas cosas que ahora vemos todos", ha puntualizado, al tiempo que ha advertido de que la reconversión de las cajas de ahorros debería haberse realizado durante los períodos de expansión.
"Se debieron aprovechar los años de bonanza para hacer una política económica diferente, con reformas estructurales", ha señalado Fernández Ordóñez.
En su opinión, la crisis financiera se engendró con una expansión "desmesurada" del crédito bancario y de la competitividad desde mediados de los años 90 hasta 2006, cuando se "desinfló" y la economía se desplomó posteriormente con la crisis financiera internacional.
Ha dicho que fueron años de "euforia" y que "todos participaron". "Los que pedían crédito, los que lo daban y los Gobiernos que decían que reducían el déficit", ha señalado después de afirmar que el crédito crecía por encima del PIB entre 1996 y 2006.
"Es sorprendente que prácticamente nadie alertó de lo que estaba pasando", ha puntualizado después de insistir en que durante 12 años de expansión los bancos españoles acumularon riesgos que no se hicieron visibles hasta el agravamiento de la crisis financiera internacional.
El exgobernador ha argumentado que España no estaba preparada para gestionar una crisis "sistémica" porque además no tenía la legislación adecuada y nadie contemplaba que fueran las cajas de ahorros las que iban a crear más problemas.
Ha señalado que se tuvieron que impulsar cambios legales y nuevos instrumentos para reestructurar el sistema financiero, como las fusiones frías, la posibilidad de convertir cajas en bancos o las exigencias de más requerimientos de capital y -en su opinión- estos cambios supusieron un doble trabajo ya que "mientras el buque se hundía, había que fabricar las barcas de salvamento".