"Ese objetivo sin duda se aplazará un tiempo", dijo en una conferencia de prensa en la que no quiso avanzar el nuevo horizonte.
Precisó que se da un año para la elaboración del programa energético plurianual en el que se señalará hasta cuándo se retrasa el objetivo de disminuir al 50 % la electricidad producida por las centrales atómicas, cuyo porcentaje ronda el 75 %.
Esa meta figura en una ley impulsada por la administración del anterior presidente, François Hollande, y el ministro reprochó que fue establecida sin fijar los medios para conseguirla, por lo que la imposibilidad de alcanzarla "era una información que muchos conocían sin haberla formulado".
Sobre todo, destacó que -como señaló hoy el gestor francés de las redes eléctricas, RTE- sólo sería realizable si se paralizara el cierre programado de centrales de carbón y se construyeran nuevas centrales térmicas de gas, que incrementarían las emisiones francesas de dióxido de carbono (CO2), el principal gas responsable del calentamiento climático.
Hulot reafirmó que de aquí a 2022 se van a cerrar las centrales de carbón que siguen en funcionamiento y que se mantiene la intención de rebajar al 50 % la parte de la electricidad nuclear, pero "sin sacrificar nuestros objetivos de lucha contra el cambio climático".
En la práctica se fijará en 2018 cuántos reactores nucleares se cerrarán -el parque actual es de 58- y en qué plazos.
Hulot confirmó, en cualquier caso, que tal y como había prometido el actual presidente, Emmanuel Macron, durante su mandato se cerrará el reactor nuclear más antiguo de los que están en servicio, el de Fessenheim, en la frontera con Alemania.