La fuerte demanda ha sorprendido al mercado al tratarse de un producto nada habitual en el mercado.
La emisión ha sido colocada entre inversores cualificados por BBVA, Barclays, BNP Paribas, Crédit Agricole CIB, HSBC, ING Bank, J.P. Morgan, MUFG, Santander y Unicredit Bank.
Iberdrola tendrá la posibilidad de recomprar el nuevo bono híbrido a la par dentro de cinco años y medio, y posteriormente con periodicidad anual coincidiendo con la fecha de pago de intereses. Los bonos híbridos computarán como capital en un 50%, de acuerdo a la metodología de las principales agencias de rating.
Esta operación es la primera de sus características que realiza una empresa española y la segunda que cierra una compañía en todo el mundo, al tratarse de una emisión de bonos híbridos calificados como verdes, lo que garantiza que los fondos obtenidos se destinan a la financiación de proyectos sostenibles y socialmente responsables, utilización que es validada por la agencia independiente Vigeo Eiris.
Gracias a esta operación, Iberdrola continúa avanzando en su estrategia de lograr que buena parte de su pasivo tenga formato verde, de acuerdo a la apuesta de la compañía por un mix energético bajo en carbono. El grupo fue el mayor emisor verde mundial a nivel empresarial durante el ejercicio 2016 y ha realizado todas sus operaciones públicas en este formato también en el presente ejercicio.
Además, Iberdrola suscribió con BBVA, a finales de 2016, el primer préstamo verde realizado en el mundo para una compañía energética, por valor de 500 millones de euros. De esta forma, la compañía se consolida como actor de referencia internacional en este tipo de financiación.
Los proyectos a los que se destinarán los recursos obtenidos están alineados con dos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, que Iberdrola ha incorporado a su estrategia: el relativo a energía asequible y no contaminante y el de acción climática.