Para Alexis Ortega, socio director de Finagentes, la explicación a este pleno absoluto del euro con el resto de monedas mundiales se encuentra en que desde que se aprobó la QE (compra de bonos soberanos por parte del BCE) en 2015 ¿después de la resistencia alemana- fue sometido a una infravaloración brutal que le llevó cerca de la paridad con el dólar.

Así, según explica el experto, cuando se ve en el horizonte el fin de las inyecciones del BCE en los mercados de bonos y la reducción ya de las cuantías compradas, la moneda europea empezó a revalorizarse. Para Ortega, es, pues, más un problema de depreciación anterior que de fortaleza actual. Eso sí, apuesta porque llegue hasta los 1,20 dólares a lo largo del próximo año, siempre que el resultado electoral en Italia no sea propicio a los populismos tan temidos a lo largo del año.

El experto de Finagentes considera que el freno a las QE del Banco Central Europeo obedece no tanto a la necesidad de frenar una inflación inexistente como al deseo de calmar a los mercados financieros. En este sentido apunta a la existencia de burbujas que el próximo año pueden darnos algún susto. ¿La autoridad monetaria quiere frenar las burbujas que se han creado en los mercados pero esta es una intención imposible. Las burbujas no se desinflan, sino que estallan y han sido ellos mismos los que las han propiciado desde el año 2000 con el fin de que no decayera la actividad económica¿, explica.

CONSECUENCIAS EN EL INVERSOR

El fantástico comportamiento del dólar respecto al resto de monedas mundiales tiene sus claros efectos sobre los inversores y también sobre aquellos que se endeudan en otras monedas. Para el inversor europeo, al resultado de su inversión en bonos, acciones, cuentas corrientes, etcétera en otros países de diferente divisa deberá restar el porcentaje que pierde al convertir de nuevo la moneda local en euros.

Así, por ejemplo, la subida del 24% de la Bolsa estadounidense en lo que va de año, se queda para un europeo en algo menos del 13% y así, se podría aplicar a cualquier activo con esa duración.

Todo lo contrario ocurre al que pidió dinero prestado al principio de año en dólares, que ahora tiene una deuda un 11% inferior. Y esto también se produce en divisas tan sólidas como el franco suizo o el yen. Ahora que se habla de la nulidad de las hipotecas multidivisa, estas serían una bendición con un yen que ha bajado el 7,8% respecto al euro o un franco suizo que se ha dejado el 8,4%.