Tras su reunión periódica, el comité de política monetaria decidió mantener también intacto el programa de estímulo económico de Expansión cuantitativa, en el que ha invertido 445.000 millones de libras (506.100 millones de euros) desde 2009 para la compra de bonos de deuda pública, mayoritariamente, y privada.
Al anunciar su decisión, el banco indicó que está "abierto" a plantearse más incrementos de los tipos "en los próximos años", en función de cómo avancen la economía y la inflación, pero aseguró que serían "limitados y graduales".
El banco central optó en esta ocasión por mantener las medidas vigentes, a fin de dar tiempo a que se consoliden, puesto que no se perciben nuevos riesgos económicos adicionales a los ya anticipados.
El principal riesgo para el Reino Unido continúa siendo, según la entidad, el efecto de la negociación del "brexit" o salida del país de la Unión Europea (UE), que ha provocado, entre otras cosas, la devaluación de la libra y el aumento de la inflación.
La economía británica presenta un crecimiento moderado, con un 0,4 % de expansión del producto interior bruto (PIB) en el tercer trimestre del año, lo que arroja una tasa interanual del 1,5 %.
La inflación escaló en noviembre hasta el 3,1 %, su nivel más alto en seis años, mientras que el desempleo cayó al 4,3 %, su mínimo desde 1975.
El pasado 2 de noviembre, el Banco de Inglaterra subió los tipos del 0,25 al 0,5 %, el primer incremento desde 2007, que revirtió la rebaja aplicada en agosto de 2016 para frenar los efectos del voto por el "brexit" en el referéndum del 23 de junio de ese año.
En marzo de 2009, la entidad había bajado los tipos al 0,5 %, e introdujo su programa de estímulo, para hacer frente a la crisis crediticia global.
A raíz del "brexit", el Gobierno conservador británico ha rebajado sus previsiones de crecimiento económico, y espera que el PIB se expanda un 1,5 % en 2017, un 1,4 % en 2018 y un 1,3 % en 2019 y 2020. EFECOM
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