De hecho, la institución presidida por Elvira Nabiullina ha adelantado su disposición a seguir rebajando el precio del dinero durante el primer semestre de 2018 con el fin de progresar gradualmente desde una posición "moderadamente rígida" hacia una política monetaria neutral.
En este sentido, el instituto emisor ruso destacó que en diciembre la tasa de inflación se ha moderado por efecto de factores temporales hasta el 2,5%, aunque el Banco de Rusia prevé que los precios suban a un ritmo interanual del 4% a finales de 2018, en consonancia con el objetivo del banco central.
En su análisis, el Banco de Rusia ha destacado que la extensión del acuerdo alcanzado para prorrogar el acuerdo para limitar la producción de petróleo reduce los riesgos inflacionistas durante el horizonte del próximo año.
En cuanto a la actividad económica, la entidad espera que el crecimiento del PIB en 2017 se sitúe cerca del potencial entre el 1,7% y el 2,2% y confía en que en 2018 tendrá una mejor evolución de lo anticipado como consecuencia del acuerdo para prolongar los límites a la oferta de crudo.
Sin embargo, a medio plazo las perspectivas de crecimiento no han cambiado y no superan una horquilla de entre el 1,5% y el 2%, en línea con el potencial.
Nabiullina, que en 2013 se convirtió en la primera mujer al frente de un banco central entre los países del G-8, recibió el pasado mes de marzo el respaldo del Kremlin para un nuevo mandato de cinco años, después de haber gestionado la grave crisis del rublo, que forzó hace tres años a la institución a subir los tipos al 17% para frenar el desplome de la moneda rusa.