La medida trata de evitar la "reventa" de gasolina por parte de conductores que se "abastecen en varias oportunidades". Los transportistas de alimentos, productos perecederos, prensa y medicinas están excluidos de la limitación.
Desde hace algunos días en varios estados del país se han producido largas colas de vehículos en las gasolineras ante el desabastecimiento de combustible, una situación que la petrolera estatal PDVSA ha atribuido a las sanciones financieras de Estados Unidos.
Según la empresa, estas medidas de la Administración Trump han hecho imposible que PDVSA pagara a los transportistas marítimos que llevan hasta Venezuela la gasolina refinada que se vende en las estaciones de servicio.
Pese a ser el país con mayores reservas de crudo del mundo, Venezuela sufre crisis periódicas de escasez de combustible que el Gobierno atribuía hasta ahora al contrabando de gasolina a Colombia, donde el combustible es mucho más caro al no estar subvencionada.
PDVSA atraviesa dificultades económicas y ha sido declarada en suspensión de pagos por varios agentes financieros internacionales, tras pagar con retraso los vencimientos de varios de sus bonos de deuda externa.
Según cifras de la OPEP, la producción de la petrolera estatal -que genera a Venezuela más del 90 % de las divisas que ingresa- bajó en octubre por primera vez en 28 años de los 2 millones de barriles diarios.