El comisario europeo de Presupuesto, Günther Oëttinger, explicó en una rueda de prensa que la retirada del país dejará un "agujero" de entre 12.000 y 15.000 millones de euros en el presupuesto de la UE, a lo que se sumará la necesidad de "hasta 10.000 millones al año" por los gastos derivados de nuevas tareas, como la gestión migratoria, protección de fronteras, seguridad o defensa.
"Tenemos dos problemas principales: un agujero por el lado de los ingresos y un agujero por el lado del gasto", dijo en una comparecencia para explicar los resultados del primer debate de orientación que ha mantenido la Comisión de cara a la negociación del marco financiero plurianual para el período posterior a 2020, que comenzará oficialmente en mayo.
Oëttinger indicó que, según los cálculos de Bruselas, el agujero que dejará el "brexit" será cubierto en un 50 % con recortes en las partidas actuales y en otro 50 % con ingresos adicionales de los 27 Estados que quedarán en la UE.
En cuanto a los nuevos gastos, un 20 % de los mismos también se cubrirán con recortes.
"Todos los programas tendrán que tolerar ciertos recortes. Incluso los amplios, como cohesión, política agrícola y desarrollo rural entrarán en la subasta", dijo Oëttinger.
Bruselas sólo quiere salvar de los recortes o aumentar la dotación de dos programas: el Erasmus +, de intercambios educativos y formativos, y el Horizonte 2020, dedicado a investigación y desarrollo.
Además de recortes, la Comisión pide un "aumento moderado" de las contribuciones que hacen los países, de modo que el presupuesto pase del 1 % del producto interior bruto (PIB) conjunto de los Veintiocho que supone actualmente a una cifra "entre el 1,1 % y el 1,2 %" del PIB.
Asimismo, aboga por estudiar nuevas fuentes de ingresos, en particular la posibilidad de introducir tasas relativas al medio ambiente, por lo que en las próximas semanas propondrá un impuesto europeo sobre el plástico que vaya a las arcas comunitarias y reduzca los desechos de este material.
Oëttinger precisó que la Comisión no pedirá un recargo para aquellos países que son miembros de la eurozona, puesto que los 19 que forman parte de la misma ya representan el 85 % del PIB de la Unión.
Además, Bruselas defiende la necesidad de circunscribir el gasto comunitario a aquellas áreas con "valor añadido europeo", prevé fusionar algunos de los 60 programas europeos actuales para reducir su número y simplificar los trámites para la solicitud de fondos.
El Reino Unido, por su parte, podría seguir haciendo aportaciones al presupuesto europeo tras su salida de la Unión en ciertas áreas como investigación o ciencia, si desean mantener la cooperación en estas áreas, algo que ya hacen otros países no comunitarios como Suiza pero que dependerá de las negociaciones aún en curso del "brexit".
La Comisión presentará en mayo su propuesta de partida para este marco financiero, que fija los techos de pagos y compromisos para varios ejercicios; Bruselas es partidaria de hacer un planteamiento a siete años.
Después tendrá que negociarlo en 2018 y 2019 con Eurocámara y Estados miembros. EFECOM
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