"Nuestros resultados muestran que en lo relativo a los ingresos en Alemania hay más movilidad de lo que habitualmente se dice. La promesa de ascenso social de la economía social de mercado sigue teniendo validez", dijo el autor del estudio, Maximilian Stockhausen.

El resultado se basa en el estudio de los hijos varones nacidos entre 1955 y 1975 en el oeste de Alemania en comparación con los ingresos de sus padres.

Esa limitación tiene razones metodológicas, ya que las biografías laborales de las mujeres durante el período analizado son irregulares y, en el caso de la extinta RDA, los cambios estructurales tras la reunificación y el período relativamente corto transcurrido desde entonces dificultan la comparación.

En la comparación internacional, según el estudio, Alemania tiene una mayor movilidad social que Francia, EEUU y el Reino Unido, pero menor que la de los países escandinavos.

En Alemania el índice de flexibilidad es del 0,319 % -lo que implica que el ingreso del padre determina en cerca de un 32 % el ingreso del hijo-, mientras que en EEUU este coeficiente es del 0,47; en Francia, del 0,41 %, y en el Reino Unido, del 0,5 %.

En Noruega, en cambio, el índice de flexibilidad es del 0,17 % y en Dinamarca, del 0,15 %.

En Alemania, la movilidad se nota especialmente en la parte más baja de la escala social, donde el 90 % de los hijos logra tener ingresos más altos que los de sus padres.

En cambio, en la parte alta de la escala sólo el 46 % de los hijos logran mantener el nivel de ingreso de los padres.

El director del IW, Michael Hüther, advirtió durante la presentación del estudio que pese a que los resultados son positivos no se puede perder de vista que para un 37 % de los hijos no se ha cumplido la promesa de ascenso social de la economía social de mercado.

De cara a ese grupo, Hüther considera que se deben aumentar las posibilidades de formación continuada para evitar que la gente se quede por fuera del mercado laboral por cambios estructurales y tecnológicos.

Ello implica una organización de la jornada laboral que haga posible a los trabajadores participar en programas de formación. EFECOM

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