Fernando Aguado, director de Inversiones de Fonditel

Nos encontramos en la última fase del ciclo económico, por regla general la más incierta en términos de extensión, y por tanto,  una de nuestras preocupaciones consiste en monitorizar constantemente la salud de esta fase, por lo que hacer predicciones en periodos largos es cada vez más complejo. Es cierto que hay que mantener una mayor vigilancia y cautela, pero también reconocer que nos encontramos en un momento de crecimiento económico sólido y sincronizado, del que participan todas las áreas geográficas por primera vez en mucho tiempo, y que estas circunstancias parecen estables para al menos un par de trimestres.

Siempre existen factores difíciles de prever, y que pueden mover los mercados en ambos sentidos, en estos momentos los factores geopolíticos y la transformación de la economía China son muy relevantes. En cualquier caso, la  evolución de la inflación (y sus consecuencias en la evolución de los tipos de interés y la actitud de los Bancos Centrales) va a ser el factor más determinante en el año que comienza: Nosotros, al igual que los bancos centrales, esperamos que la inflación vaya aumentando de manera contenida y controlada, lo que permitiría una subida de tipos pausada que no afectaría muy perjudicialmente ni al ciclo económico, ni a la valoración de los activos.

Creemos que EEUU es la zona desarrollada con un crecimiento más fuerte, más avanzada en el ciclo, y ahora con una marcha adicional tras la aprobación de las reformas fiscales.

En la Eurozona seguimos viendo una mejora general de la economía, con más margen en el ciclo, y que hasta ahora se ha visto acompañada de mayor visibilidad política.

El caso de UK es mucho más complejo, el Brexit puede suponer un final del ciclo económico para el país, y aunque la gran depreciación de la Libra le ha permitido mejorar su competitividad, es un riesgo para su inflación, consumo, bienestar...

Los países emergentes, especialmente los asiáticos (siempre que China continúe su actual senda), tienen ante sí una oportunidad brillante: una demografía propicia, una economía en transformación, y un menor nivel de endeudamiento. Un dólar más fuerte y una FED más dura podrían  poner en riesgo esta dinámica.

La evolución de las divisas va a volver a ser clave en 2018.

TIPOS DE ACTIVOS

La primera consideración que debemos hacer es que creemos que el periodo de extrema baja volatilidad que hemos vivido está llegando a su fin, es decir, tendremos que acostumbrarnos a mercados con un comportamiento más tradicional, con más movimientos, con más caídas. La previsión para los activos de riesgo es buena, especialmente mientras el ciclo se mantenga en las condiciones actuales, por lo que la Renta Variable tiene visos de ser el mejor activo (también con más riesgo), al menos los primeros trimestres del año: Las valoraciones de la RV son exigentes, especialmente en EEUU, por lo que creemos que el margen de mejora es mayor en la Eurozona y emergentes.

En cuanto al mercado de Renta Fija, tanto las tires como los spreads de crédito están en mínimos históricos, las valoraciones son muy altas, y salvo dinámicas puntuales, creemos que solo existe una dirección, tipos y spreads más altos. Vemos muy poco valor salvo en nichos puntuales de mayor spread y riesgo; emergentes, subordinados financieros.

Los activos alternativos van a jugar un papel cada vez más relevante en las carteras, pero también aquí hay una inflación de precios y muchos inversores nuevos entrando. En Fonditel tenemos muchos años de experiencia con este activo, una cartera diversificada y bien balanceada, y porque no decirlo, con muy buenas rentabilidades.

Lo principal, y tal y como hemos mencionado al inicio de este artículo, tanto las carteras de planes de pensiones como las de fondos de inversión, afrontan este año con la cautela y vigilancia propia de una fase final del ciclo, sin renunciar a estar invertidos, pero sin olvidar el riesgo que se asume.

Consideramos que es importante estar aislados de la complacencia y de la euforia del mercado, siendo siempre conscientes de que puede haber una rápida normalización de las condiciones de riesgo y de lo que esto puede suponer. Todo ello sin olvidar que aún se dan las condiciones suficientes para estar invertidos en activos de riesgo. En momentos como estos, creemos que la prudencia debe ser un valor en alza a la hora de gestionar el ahorro de nuestros clientes. Aunque en momentos puntuales pueda suponer renunciar a algo de rendimiento, a la larga compensará.

En términos de riesgo, estamos neutrales para cada uno de los perfiles, con posiciones de valor relativo entre mercados como hemos comentado anteriormente, e invertidos en activos de extrema liquidez que faciliten cualquier posible cambio.

En definitiva el año va a estar marcado por tres principios fundamentales: Sensibilidad al riesgo, vigilancia del ciclo y flexibilidad.