"En diciembre, la inflación subyacente, que excluye la energía y los alimentos, ha sido decepcionante: bajó al 0,9% porque los salarios todavía no están subiendo lo suficiente", señala el vicepresidente del BCE, Vítor Constancio, en una entrevista con el diario 'La Repubblica', recogida por Europa Press.
Constancio reconoce que, si bien históricamente los banqueros centrales se han enfrentado a presiones inflacionistas, actualmente se trata de un entorno es diferente, que tiene que ver con muchos factores estructurales, así como también con el llamado estancamiento secular.
En este sentido, el banquero portugués señala el papel desempeñado por la debilidad salarial, además de por otros factores como la tecnología, aunque reconoce que nadie sabe precisamente la escala del impacto tecnológico sobre la evolución de la inflación.
De este modo, el vicepresidente del BCE confía en que, a pesar de que siempre existen riesgos, un fuerte repunte de los precios no será un problema para la zona euro durante algún tiempo. "La inflación es débil y lo seguirá siendo por un tiempo en todos los países desarrollados", añadió.