Parece que Alemania está deseosa de reclamar la presidencia por fin, dos décadas después de la creación del BCE, pero la ideología de su candidato más obvio, el jefe del Bundesbank Jens Weidmann, partidario de endurecer la política monetaria, trabajarán en su contra en algunos estados miembros, según fuentes de la eurozona.
También, parece poco probable que una mujer obtenga uno de los dos principales puestos en una institución dominada por hombres, y sea cual sea el resultado, la reestructuración debe llevarse a cabo junto a la delicada tarea de elevar los tipos de interés y poner fin progresivamente al programa de alivio cuantitativo de 2,55 billones de euros sin provocar demasiado revuelo en los mercados.
Tras haber desempeñado un papel líder a la hora de combatir la crisis de deuda de la zona euro, el BCE ha sido un pilar de la recuperación económica en la región en los últimos cinco años, y los cambios en sus comités de supervisión y su comité ejecutivo podrían poner a prueba su papel como faro de la verdad en las instituciones europeas.
Draghi comprometió la credibilidad del BCE -y la suya propia- cuando prometió hacer "lo que fuera necesario" para preservar el euro. Tres años después supervisó el lanzamiento del programa para estimular el crecimiento inundando el sistema financiero con dinero a través de la compra de bonos.
Al hacerlo, podría decirse que fue la figura clave que mantuvo unido el bloque de 19 miembros en sus momentos más difíciles. Cuando el italiano agote en noviembre de 2019 su mandato de ocho años, que no puede renovarse, su sucesor estará en el punto de mira desde el primer día.
El primero en marcharse del banco será el vicepresidente Vitor Constancio, en mayo, seguido el próximo año por la supervisora del banco, Daniele Nouy; el economista jefe, Peter Praet; el propio Draghi y el miembro del consejo de gobierno Benoit Coeure.
Los ministros de Finanzas lanzarán el proceso para elegir un nuevo vicepresidente el lunes y podrían adoptar una decisión en febrero. Esto podría ofrecer pistas sobre las posiciones políticas en la carrera por sustituir a Draghi, dijeron a Reuters responsables de la zona euro.
El ministro español de Economía, Luis de Guindos, hasta el momento el único candidato que se conoce públicamente, es favorito para ocupar el cargo de número dos. Con los puestos de la UE repartidos entre regiones, elegir a un representante del sur de Europa significaría que el puesto de Draghi seguirá en manos del norte de Europa, posiblemente Alemania, dijeron altos cargos que pidieron no ser identificados.
Una fuente indicó que la presidencia de los ministros de Finanzas de la eurozona acaba de pasar a un portugués.
"Europa del sur obtuvo la presidencia del Eurogrupo así que si también obtienen el puesto de Constancio, entonces la posición de Draghi iría al norte para mantener el balance regional" dijo la fuente. "Entonces, es probable que Francia y Alemania luchen por el puesto".
Elegir al jefe del Bundesbank como presidente del BCE podría ser problemático incluso aunque Alemania es la mayor economía de Europa y Weidmann es considerado un banquero central de primer nivel.
Ha enfadado a algunos altos cargos con su oposición a la política ultralaxa del BCE, a la que se atribuye haber revivido el crecimiento económico. Algunos consideran esto una deslealtad en tiempos de crisis.
"Lo de De Guindos (para la vicepresidencia) está hecho", dijo otra fuente. "Aunque Alemania puede tener un derecho al puesto de Draghi, pero Weidmann es tá considerado muy 'hawkish' (duro). Así que algunas personas dicen que 'sí' a un alemán pero 'no' a Weidmann", dijo otro alto cargo de la zona euro.
El presidente del banco central francés François Villeroy de Galhau, un germanohablante con profundos vínculos con Alemania, también es un candidato potencial a reemplazar a Draghi. La canciller Angela Merkel considera aceptable a Villeroy pero Francia ya ha ocupado la presidencia del BCE, lo que implica que podría tener una batalla complicada.
El holandés Jeroen Dijsselbloem, presidente saliente del Eurogrupo, podría ser considerado un posible candidato de consenso, dijeron algunas de las fuentes.
Otro factor es la escasez de mujeres de alto perfil. Solo dos mujeres ejercen en el consejo de gobierno del BCE y una de ellas, Sabine Lautenschlaeger, tendría que dimitir si un alemán sustituye a Draghi para evitar que haya dos personas del mismo país en el organismo que fija los tipos de interés.