En este sentido, los analistas de ING Financial Research sostienen que Draghi transmitirá un mensaje "bastante pesimista", haciendo referencia especialmente a las débiles presiones inflacionarias y enfatizando el impacto deflacionario de un euro más fuerte. "El mensaje más importante a observar será si se confirma la declaración de octubre de que no habrá un final repentino del Quantitative Easing (QE)", aseveran.
Los expertos de la entidad británica consideran que ésta sería la mejor manera de actuar para que el banquero italiano demuestre que el BCE ha recuperado 'al genio de la botella' y su 'magia' para guiar a los mercados financieros con muy pocas palabras y sin realizar ningún tipo de acción.
El instituto emisor había conseguido silenciar cualquier tipo de especulación sobre la retirada de los estímulos con la decisión tomada el pasado mes de octubre --redujo a la mitad las compras pero amplió su plazo nueve meses más--, donde también se dijo que los datos macroeconómicos no eran lo suficientemente buenos, por lo que se dejó la puerta abierta a la ampliación del periodo de compras de activos una vez pasado septiembre de 2018.
No obstante, en las últimas semanas ha surgido la idea de que la inflación podría no estar tan contenida como se estimaba y que podría llegar más rápido de lo previsto al objetivo de la entidad de colocarse en un nivel ligeramente inferior al 2%, así como los comentarios de responsables políticos como el presidente del Bundesbank Weidmann o el miembro de la Junta Ejecutiva del BCE, Coeuré, además de las propias actas de la última reunión de la institución, que apuntaban a una posible detención del QE en septiembre.
De su lado, el analista de XTB Joaquín Robles sostiene también que, además de ninguna decisión en materia de política monetaria, no se observará ningún cambio en el tono del discurso de Draghi. "Hasta que la inflación no se estabilice en el entorno del 2% es muy difícil que el BCE se plantee poner fin al programa de estímulos", señala el experto.
FORTALEZA DEL EURO
Asimismo, otro de los obstáculos que observa Robles, es la reciente apreciación del euro. "En las últimas reuniones, Draghi mostró su preocupación sobre la fortaleza del euro, ya que podría dañar la competitividad de las empresas europeas y perjudicar al crecimiento del conjunto de la unión (...). En esta reunión esperamos que muestre su satisfacción sobre el rumbo de la economía, condicione sus próximas decisiones a la evolución de la inflación, alerte sobre la fortaleza del euro y reitere que continuará con los estímulos el tiempo que sea necesario".
Los analistas de BofAML Global Research explican que la rueda de prensa de Draghi de esta semana "no será fácil", mientras que creen que enfatizará que cualquier cambio en la orientación de sus políticas será "gradual" y que los tipos de interés "no se verán alterados", al menos hasta que el QE haya finalizado.
Por otro lado, el analista de Fidelity Nick Peters considera que las actas de diciembre sugirieron el deseo de cambiar la política monetaria para anticipar la subida de tipos de interés de forma más controlada. "Algunos piensan que el hecho de debatir sobre los tipos señala el fin del QE en septiembre, en vez de postergarlo hasta final de año. Aunque una política monetaria más estricta podría ser apropiada, diversos portavoces del BCE han mostrado en los últimos días su preocupación por la fortaleza del euro. Será interesante ver con qué parte de este razonamiento se quedará Draghi", añade.
LOS TIPOS NO SE TOCARÁN HASTA 2019
El director de renta fija de Allianz Global Investors, Franck Dixmier, sostiene que es "poco probable" que los tipos de interés suban antes de 2019. "La extrema sensibilidad de los mercados de renta fija a una normalización en la política monetaria se reflejó recientemente por el aumento de los rendimientos a largo plazo de EEUU y las turbulencias que se desencadenaron después de que el Banco de Japón anunciara sus planes para reducir ligeramente la compra de bonos", explica.
Los analistas de BofAML Global Research advierten de que aquellos que esperen que los tipos suban a finales de este año "acabarán muy decepcionados", mientras que los de Allianz Global Investors sostienen que, aunque es probable que el BCE ajuste su retórica durante el primer trimestre de este año, no se debe suponer que un alza de los tipos de interés esté a la vuelta de la esquina. Lo mismo opinan en ING Financial Research, que consideran seguro que el primer aumento de tipos no se verá hasta antes de mediados de 2019.
Por último, Robles, de XTB, indica que esta situación de permanencia en el discurso expansionista perjudicará fundamentalmente a la banca. "El sector bancario es uno de los sectores que se puede ver más perjudicado en el corto plazo en el caso de que no se anuncie un endurecimiento monetario anticipado, ya que sería el más beneficiado ante dicho escenario. El buen comportamiento que ha tenido durante el inicio de año responde en gran parte a que los inversores han descontado que la primera subida de tipos podría estar más cerca de lo previsto", señala.