En su intervención ante el plenario del Foro de Davos, que reúne en su 48 edición a unos 3.000 participantes, entre ellos 70 jefes de Estado y de Gobierno, el monarca subrayó que la "reciente crisis" en Cataluña ofrece como lección para todas las democracias del mundo la necesidad de preservar el imperio de la ley como piedra angular de la propia democracia y de respetar el pluralismo político.
Recordó que el Índice de Paz Global sitúa a España entre las 19 "democracias completas" del mundo, detrás de la monarquía británica, y que la "causa nacional" de su transición democrática fue construir "una casa común para todos los españoles", que ha dotado a las Comunidades Autónomas de un amplio autogobierno "difícil de encontrar en otros países", dentro y fuera de Europa.
Felipe VI dedicó gran parte de su intervención en Davos a despejar dudas sobre el futuro de España, "un gran país" que, según argumentó, tras sufrir de forma los efectos de la última crisis, se ha convertido gracias a los esfuerzos compartidos y las reformas aplicadas en una economía "muy competitiva" y "una excepcional oportunidad de inversión".
A pesar de haber "motivo de preocupación en la UE" hace pocos años, continuó, España contribuye ahora positivamente al fortalecimiento de la Unión, después de crecer de forma sostenida durante tres ejercicios, de crear más de dos millones de empleos y de reducir el déficit público más de 70.000 millones de euros.
Puso de relieve asimismo el "tremendo dinamismo" de las exportaciones españolas, el crecimiento de las inversiones directas extranjeras en España, su excepcional red de infraestructuras y el liderazgo internacional de las empresas españolas en sectores como energía, finanzas, textil, transportes y telecomunicaciones.
En todo caso, precisó que la mejora de los datos macroeconómicos no sólo debe conducir a una "lucha efectiva contra el desempleo", sino también "reducir las diferencias económicas y la desigualdad social" para favorecer "la indispensable cohesión social con un crecimiento más inclusivo".
El monarca, que invitó a los asistentes al Foro a invertir en la "historia de éxito" de España, defendió igualmente las ventajas que ofrece su condición como "uno de los países más seguros del mundo", la "excelencia" de su industria turística y la importancia de su sistema de salud, "apreciado por turistas, migrantes y residentes extranjeros".
Además, "la sociedad española ha recibido con éxito a millones de inmigrantes" de las más diferentes culturas sin movimientos xenófobos o racistas, según apuntó el Rey, quien ha dedicado la última parte de su intervención a resaltar la apuesta de España por una "refundación de la UE" que impulse el proyecto de construcción europea con el objetivo último de una mayor unión política.
En este proceso, "no ir hacia adelante es ir hacia atrás", proclamó el Rey, antes de añadir: "Europa debe reinventarse y el alma de esa nueva Europa debe reflejar el alma de sus ciudadanos; para ello puede contar con España".
Antes de dirigirse al plenario, Felipe VI se ha entrevistado con el empresario chino Jack Ma, fundador y propietario del gigante del comercio electrónico Alibaba, y ha asistido al discurso pronunciado en el Foro por el presidente de Brasil, Michel Temer.