En su último análisis trimestral, el ICB ha revisado al alza sus previsiones para este año, después de pronosticar el pasado octubre una expansión del PIB del 3,9 %.

Según el informe, el empleo aumentará el 2,2 % este año y el 1,8 % en 2019, hasta incorporar 89.000 nuevos trabajadores a la fuerza laboral y alcanzar los niveles máximos registrados antes de la crisis económica de 2007.

No obstante, destacó el ICB, solo uno de cada 16 trabajadores estarán empleados en el sector de la construcción, frente a la relación de uno de cada nueve que caracterizó a ese sector hasta el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2007.

A medida que la economía irlandesa vislumbra el pleno empleo y el "crecimiento de nuestros socios comerciales se modera", el PIB podría expandirse el 3,9 % en 2019, indicó el análisis del banco emisor.

Asimismo, prevé una "subida gradual" de la inflación, que podría pasar del 0,7 % en 2018 al 0,9 al año siguiente, gracias a que se suavizará el "impacto negativo reciente" que ha tenido "la devaluación de la libra esterlina" y el "abaratamiento de las importaciones" sobre "los precios de los bienes", mientras que subirá "el precio de los servicios".

"Las previsiones para la economía de Irlanda son en general positivas, pues se sostienen sobre una sólida base de creación de empleo, que ha generado una subida de los ingresos y el gasto del consumidor", explicó el director de Economía y Estadísticas del ICB, Mark Cassidy.

El experto subrayó que "nuestros pronósticos" abren la puerta a la posibilidad de que se alcance el pleno empleo, ya que la "tasa de paro bajará hasta poco más del 5 % durante 2018, cuando también subirán el 3,2 % los ingresos".

"No obstante, no podemos ser complacientes porque el crecimiento económico proyectado se enfrenta a riesgos reales y variados", advirtió Cassidy, quien recordó que la economía irlandesa, "pequeña y altamente globalizada", es "vulnerable" a los vaivenes de la coyuntura internacional.

En este contexto, Irlanda, prosiguió, asume que las "incertidumbres que presenta el entorno tributario global" podrían afectar a su modelo fiscal, que atrae a un número importante de multinacionales gracias a que el impuesto de sociedades es del 12,5 %.

La salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), agregó, sigue siendo la "mayor incógnita" y aunque tendrá un "impacto negativo y material" sobre la economía irlandesa, su gravedad dependerá de las condiciones comerciales con las que se zanjará este divorcio.

Cassidy también indicó que "el sólido crecimiento" previsto para los próximos dos años podría provocar un "recalentamiento económico", con "ciclos de auge y caída", por lo que recomendó "prudencia en el gasto público". EFECOM

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