Información facilitada por Fonditel. 

Desde hace años llevan aplicando el modelo soft compulsory, también conocido NEST (National Employment Savings Trust), un programa de planes de empleo públicos en el que todas las empresas inscriben automáticamente a sus trabajadores, salvo que estos decidan rechazarlo, y que está siendo un éxito.

En España, vamos tarde. Son numerosos los países que ya cuentan una potente hucha de ahorro privado para la jubilación que complementa la pensión estatal o pública. Se trata de un ahorro canalizado a través de los planes de pensiones, que son promovidos por las empresas para sus trabajadores.

Según el Melbourne Mercer Global Pension Index, los países con mejores sistemas globales de jubilación son Dinamarca, Holanda y Australia. Todos ellos con un sistema de planes de pensiones incentivado con ventajas fiscales y promovido por las empresas para sus trabajadores. El objetivo es reequilibrar el peso del sistema público con un mayor desarrollo del privado.

Según un informe de la Fundación Edad y Vida, nuestro país está en la segunda mitad de la clasificación que mide la calidad de las pensiones. Hay mucho por hacer. Así define dicho informe nuestra situación: ¿un sistema con riesgos y defectos que, de no ser atendidos, comprometerían la eficacia y sostenibilidad del sistema a largo plazo¿.

La opción de complementar nuestra pensión pública con un plan de empleo, lleva mucho tiempo sobre la mesa. Es la asignatura pendiente. La idea no acaba de despegar, incluso podríamos decir, que en ocasiones se encuentra estancada. A pesar de ello, muchos creen que es: ¿la alternativa¿. Quizá, la única o más factible alternativa a un sistema de pensiones que ya se vio obligado a pedir en 2017 un préstamo al Tesoro para hacer frente a las dos pagas extras, que este año tendrá que solicitar otro, y que ha vaciado casi por completo la hucha de las pensiones. Además, actualmente la tasa de sustitución de las pensiones es de las más elevadas, sin embargo irá decreciendo en los próximos años debido a las últimas reformas: del 80% de pensión sobre el último salario, pasaremos a un 63,6% en 2050.

Sin embargo, el Pacto de Toledo, sigue sin proponer ninguna directriz o recomendación. Los partidos políticos continúan a años luz de llegar a un acuerdo, ni si quiera en este tema. A la espera de ese acuerdo, España continúa envejeciendo. El problema demográfico de España influye directamente sobre las pensiones. Una población cada vez más envejecida, que alcanzará su punto más álgido en 2050. Parece lejano, sí. Pero es un problema que afectará a todos los trabajadores que actualmente tengan menos de 45 años. La tasa de dependencia estará próxima al 75%, siendo sólo superada por Japón dentro de los países desarrollados.

Para concluir, nos encontramos con dos muros que derribar. Por un lado, las empresas se niegan a aumentar sus costes y no recibir nada a cambio de la creación de una hucha para la futura pensión de sus empleados. Por otro, la falta de información a pesar de que la reforma de pensiones llevada a cabo en 2011, incluía el compromiso de informar por carta a los futuros jubilados de la cuantía de su pensión pública. Ángel Martínez Aldama, presidente de Inverco, cree que si todos estuviésemos informados de nuestra probable futura pensión, seguramente recurriríamos al ahorro para la jubilación a través de planes de pensiones y reclamaríamos a las empresas la creación de un plan de empleo.