Media hora después de la apertura de la sesión, el Dow Jones retrocedía 58,70 puntos, hasta los 24.581,75 enteros, mientras que el selectivo S&P 500 bajaba un 0,18 % ó 4,83 puntos, hasta 2.658,11 unidades.

Por su parte, el índice compuesto del mercado Nasdaq subía un 0,10 % ó 6,77 puntos, hasta 7.020,28 enteros.

Las pérdidas y los avances se repartían entre los distintos sectores. La mayor ganancia la tenía el de materiales básicos, un 0,28 %, mientras que el retroceso más pronunciado era para el de empresas de servicios públicos (-0,61 %).

De los treinta títulos incluidos en el Dow Jones, eran pocos los que estaban en positivo a la apertura. Los mejores resultados los tenían el grupo bancario JPMorgan Chase (+0,49 %), General Electric (+0,27 %) y la tecnológica Cisco (+0,11 %).

Los retrocesos mayores dentro de ese grupo eran los de la petrolera Chevron (-1,26 %), Procter & Gamble (-1,18 %) y la cadena de bricolaje Home Depot (-1,17 %).

El mercado parecía haber comenzado con una clara apuesta negativa tras conocerse que la inflación interanual llegó en enero pasado en Estados Unidos hasta el 2,1 %, por encima del objetivo anual del 2 % que busca la Reserva Federal (Fed).

Este aumento se debió a un crecimiento del índice de precios al consumo (IPC) en enero del 0,5 %, el mayor aumento mensual de los precios en cinco meses. Los analistas habían calculado que la variación de enero sería del 0,3 %, menor al dato difundido.

Sin embargo, poco después de esa tendencia inicial el Dow Jones y el S&P 500 redujeron sus pérdidas, y el índice del Nasdaq pasó a terreno positivo.

El parqué neoyorquino ya estaba reflejando en fechas previas sus temores sobre un posible incremento de la inflación, uno de los elementos que determinó la fuerte caída del viernes 2 de febrero y que siguió con otras pérdidas mayores a la semana siguiente.

Wall Street cerró las últimas tres sesiones en positivo, remontando parcialmente las pérdidas que había acumulado la semana pasada, la peor en dos años.

En otros mercados, el petróleo de Texas bajaba a 58,44 dólares el barril, el oro subía hasta 1.334,1 dólares la onza, la rentabilidad de la deuda pública a diez años avanzaba al 2,88 % y el dólar ganaba terreno ante el euro, que se cambiaba a 1,2316 dólares. 

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