Por Blanca Rodríguez

El 82 por ciento de los ingresos fiscales de las CCAA se obtienen por los grandes impuestos compartidos con el Estado, es decir, del impuesto sobre la renta, el IVA y los impuestos especiales, pero sobre estas dos últimas figuras las regiones no tienen ninguna capacidad normativa, lo que merma considerablemente su responsabilidad tributaria.

El "Panorama de la fiscalidad autonómica y foral 2018", elaborado por el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF), desmenuza detalladamente el desarrollo normativo de cada CCAA y concluye que los 82 impuestos propios y el total de 732 tipos, reducciones, deducciones o bonificaciones que han creado las regiones son altamente ineficaces.

A este "caos", "jungla" o "marasmo" normativo, en palabras de los autores del estudio dependiente del Consejo General de Economistas, se añade un sistema de financiación autonómico "innecesariamente complejo y oscuro" que el Gobierno no acaba de reformar pese a llevar años pendiente de actualización.

"La opinión pública debe entender cómo se financian los servicios públicos tan esenciales como son la educación y la sanidad. Si esto no se aclara es difícil evitar populismos y demagogias", dijo Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas de España.

"La situación actual es demente, la calidad institucional deja mucho que desear, todo el mundo teatraliza demasiado, y eso es muy malo para debate económico y social", añadió Pich, instando a simplificar el sistema para facilitar debates ordenados y evitar "demagogias".

La actualización de la financiación autonómica lleva pendiente desde 2014, cuando se cumplieron cinco años desde su aprobación.

Sin embargo, la crisis y el desplome de ingresos llevaron a aplazar su reforma hasta la recuperación económica, mientras que la gran fragmentación política actual y el desafío independentista catalán ha dificultado un pacto entre el Gobierno del Partido Popular, las CCAA y el resto de partidos.

MÁS PRESIÓN FISCAL EN CATALUÑA

El informe de REAF pone de manifiesto amplias brechas en el ámbito tributario entre las regiones españolas, y la cuota a pagar según la comunidad donde se resida en impuestos como el de la renta o donaciones puede suponer decenas de miles de euros de diferencia.

Según el estudio, Cataluña y Comunidad Valenciana son las regiones con los tipos del IRPF más elevados y más presión en el resto de impuestos propios y cedidos, mientras que Madrid destaca como la autonomía con los impuestos más bajos.

En general, el análisis tributario autonómico refleja una tendencia generalizada a bajar la fiscalidad que grava las herencias y a subir los impuestos sobre actividades como la compraventa de inmuebles.