Escrito por Pablo G. Bejerano

El éxito de este equipo de científicos australianos está en la sencillez de su invención. Estos investigadores del Centre of Excellence for Nanoscale BioPhotonics han empleado impresión 3D para crear un accesorio fácil de acoplar a un smartphone y, sobre todo, eficiente en su diseño.

La idea no es nueva. Pero hasta el momento, los dispositivos que se acoplaban a un smartphone para lograr un microscopio empleaban lentes complejas, e incluso iluminación mediante LED. Esto tiene dos inconvenientes. El primero es que los accesorios resultan caros de fabricar y, además, pueden ser complejos de montar.

El proyecto de estos científicos supera ambas dificultades. Su accesorio se produce con una impresora 3D (los diseños se han publicado para que cualquiera pueda imprimir el dispositivo). El resultado es un microscopio sencillo, que usa la luz del flash del smartphone. La conduce mediante un sistema de túneles diseñado de tal manera que la muestra se ilumine desde abajo.

La precisión del microscopio resultante es alta. Tanto que se pueden observar organismos microscópicos, células de plantas y animales, incluso el núcleo de estas células se puede estudiar. La lente alcanza a mostrar una resolución cada una de las 200 partes que componen un milímetro. Esto da idea del tipo de aplicaciones que tiene el accesorio.

Está orientado al estudio de enfermedades, a su detección en la sangre, y a la observación detenida de las condiciones ambientales de un lugar. Por ejemplo, a comprobar si la calidad del agua es suficiente para que sea potable es otra de sus posibilidades.

Este microscopio improvisado está pensado para que regiones que no tienen a su alcance tecnología punta cuenten con más medios. Zonas rurales de África, áreas en desarrollo, cuyo presupuesto ha de optimizarse al máximo, son las candidatas perfectas para este invento. El accesorio puede ayudar a hacer análisis de sangre en cualquier lugar, diagnosticar enfermedades como la malaria, o determinar hasta qué punto el agua de la zona se puede usar.

Por el momento, el accesorio se ha probado en el ámbito académico, pero la idea de estos investigadores es que se expanda a otros espacios. Con la apertura de los diseños 3D quieren que su invento se emplee para lo que ha sido creado. Esto es, para que aquellos que no tienen acceso a un microscopio puedan detectar enfermedades y riesgos con su móvil.

Imágenes: kevin dooley, Centre of Excellence for Nanoscale BioPhotonics

Este post fue publicado originalmente en Blogthinkbig.com