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Mercados

Pensiones sí, casas no

Yo creo que el gobernador del Banco de España en los últimos meses de su mandato ya está algo gafado. Cuando habla sube el pan y ya cualquier cosa que diga se malinterpreta y exagera. Pero el otro día no le faltó razón al indicar que la jubilación no precisa tanta pensión si se tiene casa en propiedad.

5 marzo, 2018 15:39

Esa afirmación es sencillamente de Perogrullo. Si te quitas un gasto mensual tan importante como el alquiler de la vivienda, -estimado en el 40% del salario- la pensión cunde más. Esto no puede servir de coartada para dar pensiones bajas o ligarlas (ya sé que es una tontería pero aquí no es descartable nada) a si el jubilado tiene o no casa en propiedad.

Dejando de lado las lecturas coyunturales, los españoles hace mucho tiempo que decidieron invertir en su propia vivienda, a viento y marea, a costa de pagar lo que sea y de sacrificarse lo haga falta. Y no les falta razón. Porque en ese razonamiento no solo está el de ¿no tirar el dinero en un alquiler¿, algo tan arraigado en la mentalidad hispánica, sino también tener refugio seguro y barato para los años en los que no se trabaja y los ingresos disminuyen de forma notable.

Esto explica, junto a un pasado de elevadísimas inflaciones que solo absorbía el ladrillo, la voluntad de los españoles por tener un piso en propiedad. Siempre desde estas páginas lo hemos defendido contra pensamientos más progres que aseguran que ser propietario es una ruina, una cadena perpetua o la imposibilidad de poder cambiar de ubicación en busca de un trabajo mejor.

Me molestan especialmente estas afirmaciones cuando provienen de la progresía. Normalmente gente adinerada que habla en los medios de comunicación y que trata de pobres infelices, provistos de un trastorno mental obsesivo por adquirir una casa en propiedad al conjunto de los españoles. Como si fuesen niños, como si nos trataran de botarates desde sus atalayas. Y se adornan de las ventajas de vivir de alquiler, como una fórmula de libertad personal y búsqueda de oportunidades laborales.

El señor Linde lleva razón en que la pensión puede no ser tan alta si se vive en casa pagada y también los españoles la llevan con su voluntad clara y firme de tener una casa en propiedad. Y es que a los comentarios más refrescantes de la progresía también se suele unir la de los inversores dedicados a alquilar edificios enteros de viviendas, antes con forma de fondos inmobiliarios que terminaron fracasando no sé muy bien por qué.

Por supuesto que también hay un lobby que grita a los cuatro vientos las ventajas del alquiler frente a la compra. Necesitan cuantos más clientes, mejor. O tal vez esos opinadores de la progresía necesiten también inquilinos para sus múltiples casas con las que especulan como si de un fondo buitre se tratase.

A este artículo le falta un elemento esencial: la presencia pública en el debate de la vivienda. Las ayudas solo alcanzan a las familias en situaciones cercanas o directamente de indigencia sin una política de precios estables y accesibles a los salarios de los ciudadanos. El papel de la vivienda pública es nulo y su pequeño peso ha ido desapareciendo, antes con el boom inmobiliario que lo curaba todo y ahora con una década de crisis económica donde era fácil justificar la pasividad. No está mal meter entre pensión y pensión el tema la vivienda porque finalmente permitirá una ecuación de bienestar de vida que es lo que se pretende. Por eso, nunca entenderé por qué se eliminó la deducción fiscal por compra de la primera vivienda.

Tal vez, haberla mantenido para las clases menos pudientes. Decían que encarecían artificialmente la vivienda¿ casi nada comparado con los chanchullos urbanísticos de los ayuntamientos o con los impuestos que todas las administraciones se embolsan a costa de tener tu casita. Recientemente, hicimos un ejercicio en INVERTIA por el que la venta de una vivienda de 300.000 euros generaba 60.000 euros en impuestos. Casi nada.