Austria, con un incremento del 74 %, fue el mercado que experimentó un mayor crecimiento en la inversión, seguido de Rumanía (54 %), Países Bajos (46 %) y Dinamarca (32 %).

En todo el continente, la inversión transfronteriza representó la mitad de la actividad, frente al 44 % de un año antes, y los inversores asiáticos fueron los más activos en el conjunto del Viejo Continente.

No obstante, excluido Reino Unido, los inversores de Estados Unidos fueron los responsables de las principales operaciones en Europa Continental, con una cuota de mercado del 9 %, según el informe, que detalla que los inversores locales fueron más activos en localizar ubicaciones secundarias y con retornos más favorables.

En España, la inversión transfronteriza representó el 65 % del total, frente al 56 % de 2016, y movió 6.000 millones, el 21 % más que un año antes.

Los inversores europeos concentraron el 47 % del capital y los estadounidenses el 41 % tras elevar su actividad en el país el 31 %. Por su parte, los fondos procedentes de Asia/Pacífico se multiplicaron por casi diez y los de Oriente Medio, por cuatro.

"La tendencia del capital foráneo de buscar activos de alto valor se mantendrá en 2018, por lo que esperamos ver a más inversores asiáticos procedentes de Londres para competir por activos en Europa Continental", ha señalado el responsable de Inversión Europea en Savills, Marcus Lemli.

En su opinión, los inversores "oportunistas" se trasladarán cada vez más a ciudades y ubicaciones secundarias en busca de producto, lo que provocará un aumento de los precios y de márgenes.

Las oficinas, que el año pasado concentraron el 46 % del capital, se mantendrán como principal activo de inversión, seguido del sector industrial (15 % del total en 2017).