En realidad, la explotación cesó hace poco más de un año, en febrero, cuando el Gobierno denegó la solicitud de una prórroga de diez años solicitada por la empresa adjudicataria.
La empresa comenzó a redactar entonces un "plan de suspensión" para retirar los elementos obsoletos o inservibles, que fue aprobado en noviembre del año pasado por el Ministerio de Industria y Energía.
Ahora, la actividad se declara extinguida a partir de mañana "por caducidad al vencimiento de sus plazos y a los solos efectos de posibilitar la convocatoria de un concurso en el área, la concesión de explotación de hidrocarburos líquidos y gaseosos".
Solo en el caso de que el nuevo concurso, aún sin fecha de convocatoria, quedara desierto o se demorara más de tres años la empresa concesionaria tendría que acometer el desmantelamiento total de las instalaciones.
Los pozos de Ayoluengo o La Lora son los únicos de España en suelo firme y comenzaron a funcionar en 1964, cuando surgió por primera vez el petróleo de uno de los sondeos, aunque la primera concesión data de 1967.
Se trata de unos campos con una superficie de más de 10.600 hectáreas en los que la empresa pretende efectuar una inversión importante para cambiar el método de extracción y aumentar su producción, aunque para ello requiere un periodo largo de amortización y, por tanto, de concesión, según fuentes de la compañía CPS, adjudicataria de la concesión ahora extinguida.