En concreto, la disminución del precio de la gasolina (-4,9%), que registró la mayor caída desde mayo de 2017, compensó los aumentos de otros índices como el del hogar, la atención médica o los alimentos.
En este sentido, la inflación subyacente mensual, que excluye el impacto de la volatilidad del precio de los alimentos y de la energía, repuntó un 0,2%, igual que un mes antes, mientras que la inflación subyacente interanual se elevó al 2,1%, por encima de la tasa anual media de los últimos diez años, que se situó en el 1,6%.
Estos datos muestran cómo las presiones inflacionarias en EEUU son cada vez mayores, además de que el nivel de precios ha superado el objetivo de estabilidad de la Reserva Federal (Fed) del 2%, lo que podría llevar al Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) a volver a subir los tipos de interés en su próxima reunión.