Por Abhinav Ramnarayan y Tommy Wilkes
Los datos muestran que los bancos centrales compraron importantes cantidades de deuda emitidas por Bélgica, Francia y el banco de desarrollo alemán KfW (respaldado por el estado), en sindicaciones de bonos el mes pasado.
Dos banqueros de alto rango que realizan tales sindicaciones en nombre de estados europeos dijeron a Reuters que los bancos centrales de China y Noruega han sido particularmente activos.
"Hemos visto un repunte general en las compras de bancos centrales, aunque ha sido liderado por los dos grandes: Noruega en Europa y China en Asia", dijo uno de los banqueros.
"Noruega se comporta de manera muy similar a un fondo de inversión, por lo que se trata de una oportunidad de inversión para ellos, mientras que para China se trata de encontrar opciones que no sean los bonos del Tesoro de EEUU", dijo la fuente, que habló bajo condición de anonimato.
Los inversores vigilan con atención las compras de los bancos centrales, debido a su potencia y su importancia en los mercados financieros. China tiene una posición de 3,143 billones de dólares en divisas extranjeras y el brazo de gestión de inversiones del Banco de Noruega tiene 1,08 billones de dólares en activos, según las últimas cifras públicas.
El Banco Popular de China no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. Un portavoz de la división de inversiones del Banco de Noruega dijo que la institución no realiza comentarios sobre las inversiones individuales.
Los bonos públicos europeos han ganado popularidad debido a que los rendimientos han subido este año desde mínimos históricos debido a las expectativas de que el Banco Central Europeo termine su programa de flexibilización cuantitativa a medida que la economía repunte.
Al mismo tiempo, han aumentado las preocupaciones sobre la debilidad del dólar y las perspectivas para los bonos del Tesoro, después de que la administración de Donald Trump dijera que acogería con beneplácito una moneda más débil, en un momento en que Estados Unidos se embarca en una gran campaña de endeudamiento.
Un asesor del banco central de China dijo el lunes que debería hacer un mejor uso de los fondos del país buscando invertir sus reservas de capital en activos reales, no en bonos del Tesoro de Estados Unidos.
ACELERANDO
La crisis de la deuda de la zona euro desanimó la inversión de los bancos centrales en la moneda única a partir de 2009, hacia la seguridad del dólar, que según los datos del Fondo Monetario Internacional representa el 63 por ciento de las reservas de los bancos centrales.
Mientras tanto, la cuota del euro cayó de un máximo del 28 por ciento a menos del 20 por ciento.
En el último trimestre de 2017 esta evolución se detuvo, sin embargo, subiendo al 20,15 por ciento, su nivel más alto en tres años según el FMI, y los datos de las ventas de deuda pública europea muestran que la tendencia se ha acelerado en 2018..
Los bancos centrales tienden a comprar entre el 5 y el 15 por ciento de la deuda pública europea sindicada a más largo plazo.
Pero este año compraron un 20 por ciento de un bono belga a 10 años por 5.000 millones de euros en enero y un 26 por ciento de una emisión belga a 15 años en marzo.
"La participación de los bancos centrales ha sido muy notable este año", dijo Anne Leclercq, directora de la agencia de deuda belga.
"Por lo general, están interesados en vencimientos de hasta 10 años, pero incluso en nuestros bonos a 15 años hubo mucha demanda", agregó, aunque declinó comentar sobre inversores concretos.
Los bancos centrales también compraron el 43 por ciento de una colocación de bonos a cinco años por 4.000 millones de euros del alemán KfW, cuyo tesorero Frank Czichowski dijo entonces que el bono alcanzó el volumen al que aspiraba debido en parte a la fuerte demanda de bancos centrales de Europa y Asia.
Francia también ha experimentado un repunte, vendiendo el 9 por ciento de un bono vinculado a la inflación con vencimiento en 2036 a instituciones oficiales, más del doble de lo que les vendió en una transacción en enero de 2017.
Los estados europeos recibirán con agrado una mayor participación de los bancos centrales, que tienden a ser titulares fiables de su deuda, y el euro también podría beneficiarse.
El regreso del dinero privado de las gestoras de fondos y de los inversores extranjeros directos a los mercados europeos ha llevado a la moneda única a un máximo de tres años frente al dólar y ha extendido el optimismo sobre la recuperación económica de la región.
Los analistas de Citi dijeron que a medida que el BCE comience a recortar las compras de bonos y aumente los tipos de interés, los mayores rendimientos resultantes podrían atraer una avalancha de dinero.
Citi estima que si los gestores de reservas aumentan su participación en euros hasta la mitad del máximo alcanzado de 2009, ya solo para eso serían necesarios 392.000 millones de euros en compras.
"Es posible que hayamos entrado en una tendencia a la baja del dólar a más largo plazo", dijo Derek Halpenny, jefe europeo de análisis de mercados globales para MUFG.
"Si eso se confirma, entonces creo que eso significa un aumento del apetito por euros, simplemente porque no hay alternativa".