Por ahora, y tal como se esperaba, la Reserva Federal (Fed) ha mantenido los tipos de interés en el 1,50-1,75% en el que se encuentran desde marzo. Esta decisión ha sido adoptada con el respaldo unánime de los miembros del Comité Federal del Mercado Abierto (CFMA), el órgano de la entidad encargado de definir la política monetaria en EEUU. 

Pero, al mismo tiempo, ha preparado el terreno para volver a la carga en la próxima cita, que tendrá lugar los días 12 y 13 de junio. Lo ha hecho como suelen hacerlo los bancos centrales, con mensajes cifrados que deslizan en sus comunicados. Esta vez, el principal de esos salvoconductos tiene que ver con la inflación.

Hasta ahora, la entidad presidida por Jerome Powell manifestaba que la inflación seguía "por debajo del 2%". En cambio, en mayo ha asegurado que la inflación "se ha movido [para situarse] cerca del 2%". Un matiz pequeño en apariencia, pero que equivale a confirmar el incremento que se espera en unas semanas, puesto que su objetivo consiste en situar la inflación en ese 2%. 

El mercado tiene pocas dudas con respecto a la cita del próximo mes. Concede una probabilidad del 100% a que la Fed volverá a 'disparar' en junio, repartida entre el 95% de opciones a que sea una subida de un cuarto de punto, hasta el 1,75-2%, y el 5% a que la entidad se atreva a elevar los intereses medio punto porcentual, hasta el 2-2,25%. 

Más allá de la inflación, la Fed afirma que "el mercado laboral se ha seguido fortaleciendo y que la actividad económica ha subido un ritmo moderado". También indica que la creación de empleo es "fuerte" y que "la tasa de paro se ha mantenido baja". A la espera de conocer los datos de abril, que se anunciarán este jueves, el paro se encuentra en el 4,1%. 

Con respecto al gasto de los hogares, encuentra que "se ha moderado tras un fuerte cuarto trimestre". Por el contrario, sostiene que la inversión empresarial "continúa creciendo con fuerza".

AÚN SERÁN "GRADUALES"

Eso sí, la Fed tampoco ha querido ir más allá ni ha alentado la opción de que vaya a acelerar las subidas de los tipos. Para ello, ha mantenido que sus intenciones siguen pasando por endurecer las condiciones monetarias de manera "gradual". Prescindir de esta palabra hubiera constatado que, en efecto, la entidad está dispuesta a subir las revoluciones del ciclo alcista de los tipos. 

Desde que empezó a subir los tipos en diciembre de 2015, la institución norteamericana ha elevado el precio del dinero en seis ocasiones: una en 2015, otra en 2016, tres veces en 2017 y la última en marzo de este año. Salvo sorpresa, junio acogerá la séptima.