En enero entró en vigor la directiva europea MiFID II. Aunque el grueso de la norma está aún en trámite parlamentario, algunas de sus exigencias son ya de obligado cumplimiento. Entre ellas, la que requiere que los empleados de banca que ejerzan labores de información y asesoría financiera estén en posesión de un título o acreditación que demuestre sus conocimientos en productos y mercados financieros, y más especialmente de sus riesgos.

¿Quiere decir esto que la mayoría de bancarios tienen que sacarse ahora un máster? Puede ser, pero no necesariamente. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) exige a las entidades que formen y presenten a examen a sus trabajadores, pero no obligatoriamente mediante la obtención de un título oficial o reglado y de posgrado. Es suficiente con que quede demostrado que el programa cumple los objetivos marcados por la norma con el fin de conseguir un funcionamiento más eficiente de los mercados, una correcta comercialización de productos y, por tanto, el freno a las malas prácticas del sector y una más apurada medición de los riesgos. Un parche que intenta evitar a escala europea que se repitan escándalos como el de las preferentes o la comercialización de productos complejos a inversores minoristas.

Esta exigencia, ya en vigor pero con un periodo de adaptación que permite a los bancarios no acreditados seguir ejerciendo su labor bajo supervisión, ha generado una eclosión de títulos de instituciones que buscan atraer estudiantes hacia sus aulas y hacerse con un pedazo del negocio al que abre la puerta esta norma. En este sentido, las instituciones independientes de formación subrayan que la posesión de uno de sus títulos refuerza la transparencia y buena aplicación de la norma más allá de una certificación emitida por las propias entidades financieras para sus empleados.

LOS BANCOS TAMBIÉN PUEDEN EXAMINAR

Por su parte, los bancos que han optado por este modelo defienden que nadie como ellos para saber en qué puntos de formación hay que insistir y qué grado de conocimientos y manejo práctico es necesario para cada puesto. También critican que en muchos casos es el mismo centro el que imparte la formación y el que plantea y corrige los exámenes. A su favor, que la propia CNMV puede obligar a los bancarios a pasar una suerte de reválida¿cuando lo estime conveniente¿, tal y como recoge la Guía Técnica de la institución para la aplicación de estas novedades regulatorias.

En todos los casos, se exige que la experiencia mínima para acceder al título sea de ¿seis meses en jornada completa¿, o su equivalente en jornada partida, detalla el documento oficial de la CNMV.

10 MÁSTERES Y TRES EN UNIVERSIDADES PÚBLICAS

Hasta la fecha, más de 50 títulos han obtenido el reconocimiento oficial de la CNMV para que los bancarios acrediten su necesaria formación. De estos, solo 10 son másteres, de los que únicamente tres se imparten en instituciones públicas: Universidad de Cantabria, Universidad Complutense de Madrid y Universidad Politécnica de Valencia. Fuera de esta lista, los ya mencionados de las propias entidades o los de terceros siempre que se compruebe ¿la equivalencia entre las actividades de formación y de evaluación¿ y ¿bajo la propia responsabilidad¿ de la entidad que opta por salirse de la lista oficial para acreditar a sus profesionales.

EL SUSPENSO, SUPERVISADO HASTA OTRA CONVOCATORIA

De momento, no es obligatorio que los bancarios tengan el título en el cajón de su mesa. La CNMV ha dado un plazo máximo de cuatro años para que las entidades y sus trabajadores hagan los deberes que les pone MiFID II, con lo que la posesión de un certificado de conocimientos y competencia será ya obligatoria en 2022. Otra cosa es que los alumnos forzosos suspendan o lleguen por primera vez a su puesto, casos para los que el contador se pone a cero y los trabajadores deben realizar sus labores bajo la supervisión de un compañero acreditado.

A pesar de que esta supervisión no se concreta específicamente en la norma, las cifras que baraja la floreciente industria de las titulaciones para empleados de banca señalan que solo suspende el 40% de los que se presentan. En el caso de los programas dirigidos por las propias entidades, que deben contar con el análisis de la Unidad de Cumplimiento Normativo, no se manejan datos sobre `repetidores¿.

Hoy por hoy, la institución que más títulos reconocidos tiene en el mercado es el Instituto Español de Analistas Financieros (IEAF), con siete. Le sigue la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), con cinco. Siete universidades públicas cuentan con titulaciones en la lista de la CNMV, de un total de 26 instituciones que se hacen hueco hasta la última revisión realizada el pasado mes de febrero.

LOS LÍDERES DEL MERCADO ESPAÑOL

En España, estas son las dos titulaciones que han atraído a más firmas bancarias y de gestión son CFA y €FPA. Ambas ofrecen en su catálogo diferentes niveles de exigencia pensados para cada tipo de puesto y responsabilidad en las entidades financieras y de inversión. Además, sus abanicos de títulos son los mismos para todos los países europeos.

El primero de ellos, el Chartered Financial Analyst (CFA), es un título creado en 1963, que desde entonces se ha actualizado en múltiples ocasiones. Ahora, consiste en tres pruebas secuenciales de seis horas con temario y examen todo en inglés.

Los títulos más populares de €FPA son los de European Financial Advisor (EFA) y European Financial Planner (EFP). Ambos certifican la idoneidad para ejercer tareas de consejo, gestión y asesoría financiera a particulares en banca personal o privada, siendo el segundo un paso más avanzado. Por este motivo, para su obtención se exige contar ya con el primero o uno equivalente expedido con no más de diez años de antigüedad y contar con un año más de experiencia en las tareas certificadas que cuando se consiguió el inicial.