El último paseo de la industria tecnológica por la pasarela de los resultados trimestrales, todavía en curso, ha sido pieza clave para reavivar el apetito por Shenzhen. Mientras que las radicadas en Silicon Valley han tenido dificultades en muchos casos para cumplir con las estimaciones del mercado, las firmas chinas radicadas en esta ciudad de la provincia costera de Cantón han sido protagonistas de un mayor número de sorpresas positivas en la publicación de sus cuentas.
Las dudas sobre la capacidad de los mercados desarrollados de seguir manteniendo el ritmo de expansión de las tecnológicas ha sido el punto clave de debate en esta rendición de cuentas. Un escenario ante el que los mercados emergentes parecen tomar el relevo y en el que, por proximidad y conocimiento, las firmas locales tendrían que salir reforzadas. Este es el sesgo que cada vez más gestores buscan para un sector de cuyos grandes nombres de siempre comienzan a recelar.
Así se explica que, a lo largo del mes de abril en plena digestión de cuentas trimestrales, la salida de capitales invertidos en tecnológicas haya marcado máximos de las últimas tres semanas, según datos de Bank of America - Merrill Lynch. La Encuesta Global de Gestores de Fondos de la misma entidad revela además que las posiciones largas en el sector han caído a mínimos de los últimos cinco años, a pesar de que el gigante financiero titula a su informe ¿Preciosas FAANG, os queremos¿, en alusión a Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google.
Por lo contrario, si a este bloque de Silicon Valley se le suman los grandes nombres procedentes de China, el tándem FAANG + BAT (Baidu, Alibaba y Tencent) se convierte en el activo que más inversión alcista acumula por tercer mes consecutivo, al ser señalado por un 33% de los encuestados. Eso sí, con respecto a marzo se produce una caída de tres puntos porcentuales que procede en buena medida de la retirada de las gigantes estadounidenses.
La preferencia por los mercados emergentes se produce también entre los analistas de JP Morgan, que señalan que no solo el 80% de la población mundial actual vive en economías emergentes, sino que ¿se prevé que, en los próximos 30 años, estos países ampliarán sus poblaciones en una cifra próxima a los 2.000 millones de personas, [mientras que] los pronósticos de las economías desarrolladas no alcanzan siquiera los 30 millones de personas¿.
A este crecimiento exponencial de potenciales consumidores se suma el hecho de que la ¿creciente urbanización¿ de la población es sinónimo de nuevos hábitos y más ingresos por participar en trabajos ¿más productivos¿ que a menudo dependen de la tecnología, puntualiza el informe del banco para el segundo trimestre del año. Además, para China apunta que ¿tras haber multiplicado en más del doble su población desde 1960 [¿] es probable que el número de habitantes del gigante asiático se mantenga en el rango de los 1.400 millones hasta 2050¿. Los dos factores clave aquí son la migración hacia los núcleos urbanos y ¿las mejoras en la educación¿.
Por su parte, los analistas de Allianz consideran que las exigentes valoraciones que han alcanzado algunos índices de Wall Street deben atribuirse principalmente a las tecnológicas, por lo que ven probable que ¿en la próxima década las innovaciones tecnológicas no sean necesariamente un augurio de rendimientos más amplios en la bolsa¿. Una circunstancia sobre la que llama la atención especialmente para el grupo que conforman Facebook, Amazon, Netflix y Google. A estos tres colosos responsabiliza de haber llevado al S&P 500 a una ratio precio/beneficio medio ajustado (CAPE) de dos veces su promedio, hasta cotas similares a las de justo antes del Crack del 29.
El informe firmado por Stefan Hofrichter, economista global de Allianz, explica que, debido a la saturación del mercado y las altas cotas de productividad conseguidas con la tecnología ya disponible, ¿es menos probable de lo que mucha gente piensa¿ que las próximas innovaciones en tecnología abonen el terreno para la continuidad del mercado alcista. En otro estudio de la rama de gestión del grupo alemán, explican que cuatro factores más restan potencial a las gigantes de Silicon Valley.
La lista incluye una mayor preocupación por la privacidad de los usuarios de Internet, las exigencias de transparencia y una mejor gobernanza corporativa que imponen los fondos de inversión y algunos inversores de perfil activo, un extremo escrutinio de las cifras de negocio que no se da en otros mercados ni se dio en la época de las puntocom, y el rechazo de la administración hacia modelos próximos al monopolio. En ninguno de los casos, estas trabas afectan por ahora a la terna de las BAT, lo que a la postre se traduce en una ventaja competitiva más para expandir su negocio y valoración en bolsa al margen de tanta observancia.