Los inversores llevan meses siguiendo de cerca el dato de inflación en EEUU, en un intento por desvelar nuevas pistas sobre el futuro de la política monetaria de la Reserva Federal (Fed). Este jueves se ha publicado la cifra del mes de abril, que posiblemente ponga ya en valor la reciente subida de los precios del petróleo, con el West Texas (barril de referencia en EEUU) superando esta semana los 70 dólares por primera vez desde 2014.
Los precios en EEUU registraron durante el pasado mes de abril un avance del 0,2% respecto al mes anterior, después de caer un 0,1% en marzo, mientras que el IPC (Índice de Precios al Consumo) interanual se incrementó un 2,5%, una décima más que en el mes inmediatamente precedente, según los datos divulgados este jueves por el Departamento de Trabajo estadounidense.
Los expertos de JP Morgan AM explican que ¿muchos inversores mantienen la cautela conscientes de que el ritmo de expansión en EEUU provocaría en algún punto una aceleración de la inflación que, a su vez, suscitará la adopción de políticas monetarias mucho más ajustadas por parte de la Fed¿. El propio organismo monetario, en su reunión de la pasada semana, ya dejó claro que sigue muy de cerca el indicador de precios, utilizando la palabra ¿simétrico¿ para referirse en su comunicado a ese nivel del 2% en el que se mueve la inflación.
Los expertos ya anticipaban que el dato de abril repuntaría hasta el 2,5% desde el 2,4% del mes de marzo. Y desde JP Morgan indican que siempre que el dato se sitúe por encima de ese 2% de objetivo del banco central, ¿aumenta el temor a un endurecimiento más rápido de la política monetaria, provocando nuevas caídas en las bolsas¿. Sin embargo, los mercados han reaccionado al alza en la apertura de Wall Street. El dato que sí ha sentado bien al mercado ha sido el de la inflación subyacente, que excluye el precio de los alimentos y de la energía por su mayor volatilidad. Los expertos anticipaban que podría situarse en el 2,2% interanual, pero finalmente se ha quedado en el 2,1%. El dato mensual repuntó un 0,1%, una décima menos que un mes antes.
Desde la firma explican también que ¿el deflactor del PCE (que mide los gastos del consumo personal ) está en el 2%, pero el viernes pasado salieron unos datos de salarios inferiores a lo esperado y se revisó el dato de marzo una décima a la baja, hasta el 2,6%¿. El PCE es el indicador preferido por la Fed para medir la evolución de precios de los principales productos de consumo, pero a diferencia del IPC, el peso de sus componentes responde a su peso dentro del PIB, y no al de una cesta creada por un instituto estadístico.
Desde el departamento de análisis de Bankinter indicaban que, tras los datos de empleo conocidos la pasada semana, ¿los salarios anticipan la tendencia de la inflación con una elevada fiabilidad, sobre todo de la subyacente¿. Y si los salarios suben menos, la inflación no debería endurecerse más. ¿Por eso esta clave podría ser más bien buena tanto para bolsas como para bonos¿, explican. Los expertos recuerdan que somo la subida del IPC ha estado en línea con lo esperado, la rentabilidad del bono a 10 años no debería volver a sobrepasar el temido umbral del 3%.
Difieren los analistas de JP Morgan, que recuerdan que, históricamente, la inflación PCE ha tenido una estrecha relación con los datos de encuestas de precios de los distritos de la Fed, que compara los precios pagados por las empresas manufactureras de un mes con los del mes anterior. ¿Encuestas recientes sugieren que los precios continúan aumentando y esto debería contribuir a que la inflación siga subiendo. Por lo tanto, esperamos que la Fed continúe normalizando la política monetaria y suba los tipos tres veces más este año¿, aseguran.