En cuanto a la evolución del turismo mundial en 2018, Pololikashvili espera que el número de turistas en el mundo crezca como "mínimo" un 3% (respecto a los 1.322 millones de viajeros del ejercicio pasado, un 7% más), cifra que se encuentra ligeramente por debajo de las previsiones realizadas por la organización a comienzos del año, que apuntaban a un repunte entre un 4% y un 5%.

La subida del precio del petróleo es uno de los factores que pueden afectar al turismo, aunque, de momento, no se está notando su impacto en los viajes y está subiendo tanto el número de turistas en el mundo como el de conexiones aéreas, ha indicado hoy a los periodistas, al término de la presentación del II Congreso Mundial de Destinos Turísticos Inteligentes.

Las previsiones apuntan a un crecimiento de la economía mundial de entre un 2% y un 3% en 2018, lo que "nos da esperanza" de que también el turismo termine con cifras positivas, impulsado, en parte, por mercados como el chino o el indio que están cada día más activos, ha agregado.

En cuanto a España, ha considerado que "no está mal igualar la cifra de 2017", dado que supuso un récord histórico, tras explicar que los destinos competidores, afectados en los últimos años por problemas geopolíticos y de seguridad, se están recuperando.

Tanto Turquía como Túnez y Egipto -país que está invirtiendo mucho y se está promocionando muy bien- muestras unos resultados muy positivos, ha precisado.

La OMT espera que los tres vuelvan este año a sus cifras de turistas internacionales de 2010, el ejercicio más positivo para todos ellos, aunque el objetivo es que crezcan aún más, teniendo en cuenta su gran potencial turístico.

Pololikashvili ha destacado que la ventaja que tiene España es que muchos de sus turistas vuelven a visitar el país en varias veces. Casi un 30% del total ha viajado al destino por segunda o tercera vez, ha añadido.

En cuanto al alquiler turístico, ha dicho que la OMT espera publicar en noviembre próximo las recomendaciones que está preparando sobre ese nuevo modelo de negocio, analizando su problemática en las distintas ciudades, sobre todo en Europa.

Pololikashvili ha matizado que la organización no tiene nada en su contra, pero hay que regularlo porque es muy importante garantizar el desarrollo sostenible del turismo y la protección del patrimonio cultural.