Son las conclusiones del informe presentado hoy por Moody's en el que la agencia de calificación destaca además la caída del endeudamiento familiar, actualmente en torno al 60 % del PIB frente al 83% que alcanzó en 2009, un fenómeno "positivo" que vincula a la bajada de las hipotecas, componente mayoritario de la deuda.
Los analistas ven "algo preocupante" que hasta finales de 2017 o principios de 2018 se haya "perforado el suelo del ahorro", periodo en el que el colchón del que disponen los españoles en caso de recesión se ha reducido a consecuencia de las buenas perspectivas de futuro.
De igual modo, advierten de que el aumento de los préstamos consumo en España se está produciendo a un ritmo del 15%, "muy superior" al registrado en el resto de la Eurozona (8%) y al del crecimiento de la propia economía nacional (3%), aunque prevén que este alza no afecte negativamente a las operaciones de titulización.
Según el vicepresidente y analista de Moody's, Antonio Tena, la banca encuentra "atractivo este negocio", alimentado por muchos hogares que adoptan decisiones de compra que habían postergado en los años de crisis, ya que "permite unos tipos de interés superiores a los que aplica a los préstamos hipotecarios".
Asimismo, expone que estos créditos sólo representan el 20% de la deuda de los hogares, lo que minimiza cualquier posible efecto negativo sobre las carteras titulizadas, "relativamente fuertes" en préstamos destinados a la adquisición de vehículos y otros bienes duraderos al ser concedidos a clientes con perfil más sólido.
A tenor de los datos manejados por Moody's, los créditos para financiar el día a día de las familias suponen la primera categoría por morosidad, mientras que destaca a aquellos concedidos para pagar estudios, gastos médicos y para la compra de automóviles por su buen comportamiento.
En un segundo informe, la agencia de calificación valora la nueva directiva comunitaria para los bonos garantizados, la cual si bien los expertos creen que es "positiva" de cara a dar más garantías a los inversores, podría tener efectos negativos de no implementarse a tiempo.
Para el analista Miguel López, la directiva, que deberá transponerse al ordenamiento español en 2020, "mejorará la calidad crediticia de las cédulas hipotecarias" ya que obligará a los emisores a mantener un colchón de liquidez, fortalecerá los contratos de derivados e impondrá reglas más estrictas de supervisión por las autoridades.
Sin embargo, también detecta propuestas "menos exigentes" que el actual marco legal español y que de adoptarse podría suponer la reducción de los niveles de sobreprotección exigidos hasta el 5 % del 25 % actual.
Aunque el principal riesgo es, para López, un posible retraso en la incorporación de la norma europea, lo que podría debilitar la capacidad de los bancos españoles para financiarse a través de las cédulas a partir de 2020, año desde el que se calcula que las entidades tendrán mayores necesidades de refinanciación. EFECOM
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