Porque lo que diga y, sobre todo, lo que haga el nuevo presidente del Gobierno repercutirá, en mayor o menor medida, en todos los integrantes del Ibex 35. Hay casos, eso sí, en los que su influencia sobresale.

Como Bankia, en la que el Estado tiene una participación mayoritaria, del 60,6%, y sobre la que por ahora existe un calendario que aspira a completar la privatización de la entidad para finales de 2019. Habrá que ver si el nuevo Ejecutivo, o alguno de los partidos que ha ayudado a Sánchez a ganar la moción, como Podemos, pretende alterar tanto esos planes como la actual gestión de Bankia. La formación de Pablo Iglesias ya llevaba en su programa en las últimas elecciones generales que quería utilizar a Bankia como la punta de lanza de una banca pública.

Otro nombre propio es el de Aena, participada por el Estado en un 51%. Por ahora, la compañía ya ha retrasado la presentación del plan estratégico, prevista en un principio para el próximo jueves. O Red Eléctrica, en la que el Estado, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), tiene un 20%. O el 18,75% que, según la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la SEPI posee en Indra. O Enagás, participada igualmente por la SEPI, con un 5% de su capital. Y la aerolínea IAG, donde la SEPI está con un 2,35% del capital. En Abengoa, pendiente de cerrar su reestructuración, la Secretaría de Estado de Comercio es titular de un 3,15% como resultado de la capitalización de préstamos públicos.

MÁS INFLUENCIA

Junto a los nombres de compañías concretas, los de los sectores. Principalmente dos: el bancario, que es el que más peso tiene en el Ibex, y el eléctrico.

En enero, el ya presidente del Gobierno anunció su intención de crear un nuevo impuesto para la banca con el fin de financiar la Seguridad Social y poder afrontar el pago de las pensiones públicas. Según se precisó entonces, este tributo se cargaría sobre el beneficio antes de impuestos de las entidades por la actividad que generan en España y rondaría el 8%.

En cuanto a las eléctricas, durante el discurso en el que defendió su moción, Sánchez ya anticipó su voluntad de aplicar políticas para luchar contra el cambio climático y a favor de las energías renovables. Las decisiones que pueda adoptar en este terreno con respecto a distintas cuestiones, como la actividad de las centrales nucleares, el uso de energías fósiles o el autoconsumo, influirán en la actividad, el negocio y el resultado de las compañías eléctricas.