Porque lo que le espera al exministro de Economía español en Fráncfort no es poca cosa. Y en diferentes campos, además. En materia monetaria, puesto que el BCE estudia ya cómo, cuándo y a qué ritmo retirar los extraordinarios estímulos monetarios activados durante los últimos años para plantar cara a la crisis; en materia bancaria, puesto que las funciones supervisoras del BCE aún deben afinarse y la Unión Bancaria continúa incompleta; y en materia institucional, porque la propia Unión Económica y Monetaria (UEM), es decir, la Europa del euro, encara unos años fundamentales para completarse y cubrir las carencias que la crisis destapó.

Tres retos como tres castillos, en los que Guindos, como vicepresidente del BCE, como lugarteniente del actual presidente, Mario Draghi, desempeñará un papel clave. Y que nunca antes había sido ocupado por un español.

Hasta la fecha, España había tenido dos representantes en el Comité Ejecutivo de la entidad, que ejerce de auténtica sala de mando del BCE. El primero fue Eugenio Domingo Solans, entre 1998 y 2004, y el segundo, José Manuel González-Páramo, entre 2004 y 2012.

En 2012, en plena tormenta financiera en la Eurozona y con España desempeñando un rol protagonista en la crisis del euro, nuestro país se quedó sin `silla`. Ahora la recupera con Guindos, puesto que el vicepresidente forma parte de ese Comité.

El español también hace historia en la institución monetaria por ser el primero que salta directamente de un ministerio, el que ocupaba hasta que en marzo dejó la cartera de Economía cuando ya sabía que había sido el elegido para suceder al portugués Vítor Constancio en la vicepresidencia del BCE. Nunca antes había pasado nadie directamente del Ecofín al BCE, con lo que ha estrenado una pasarela que exigirá a Guindos ser escrupuloso con su independencia y su capacidad técnica para que nadie ponga en duda su elección. Es, sin duda, otro de los retos que le esperan.

A LA ESPERA DEL `NUEVO DRAGHI¿

Guindos será el `número 2¿ de Draghi durante algo más de un año, porque el banquero italiano encara ya laúltima etapa de su histórico mandato. En los próximos meses, de hecho, se calentará el debate sobre quién será su sustituto, una decisión que también resultará determinante para los retos que Guindos afrontará en el BCE.

A priori, el favorito en las quinielas es el aléman Jens Weidmann, actual presidente del Bundesbank, el banco central alemán, aunque sólo sea por el hecho de que la mayor economía de la región todavía no ha tenido un presidente del BCE. Antes de Draghi estuvieron un holandés, Wim Duisenberg, y un francés, Jean-Claude Trichet, pero nunca un alemán. Y ya le toca¿ salvo que las autoridades germanas no quieren acaparar tanto poder en la Eurozona y prefieran un presidente de su cuerda, pero con otro pasaporte. En esa caso, suena el nombre del holandés Klaas Knot.

Aunque también caben otras opciones. Como la de que Francia proponga una candidata, que podría convertirse en la primera presidenta de la entidad. La persona con más opciones para lograrlo sería la actual directora general del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde.

El tándem que formará con su futuro jefe -o jefa- marcará igualmente su estancia en Fráncfort, donde los 'polis buenos' y los ¡polis malos', los pesos y los contrapesos, las palabras y los silencios, pesan tanto. Al menos en eso sí está curtido, que la política es la política.