El actual entorno de mercado continúa siendo bastante favorable para los inversores en renta variable. Los datos de beneficios empresariales muestran fortaleza y continúan en aumento en todo el mundo, al mismo tiempo que los tipos de interés se mantienen a niveles bajos en la mayoría de los países y la valoraciones no son excesivas aún, en su mayor parte.
Por otro lado, tras un año 2017 excepcionalmente positivo y un comienzo de de 2018 bastante agitado, los inversores se muestran más inquietos, temiendo la ruptura de las actuales relaciones comerciales o que un error en la política monetaria termine bruscamente con la etapa actual del ciclo económico. El resurgir de la volatilidad ha hecho que los inversores se sientan más inclinados a buscar posibles motivos de decepción que de optimismo.
Sea como sea, no parece que el crecimiento global que comenzó hace dos años vaya a finalizar, por lo que no hay razón alguna para, al menos, no mantener renta variable en la cartera de inversión a largo plazo, aunque diversificando adecuadamente.
Basado en un enfoque diversificador global, FAST-GLOBAL FUND es uno de los fondos más rentables en el año de la categoría VDOS de Renta Variable Internacional Global, con una revalorización de 9,4% en su clase y de acumulación en euros.
Su objetivo es proporcionar un crecimiento del capital a largo plazo invirtiendo al menos un 70% en acciones de compañías de todo el mundo, sin limitaciones por área geográfica o sectores. Puede utilizar derivados para reducir el riesgo o para general un retorno adicional, siempre respetando el perfil de riesgo del fondo. Se considera una inversión a largo plazo, que resultaría apropiada para inversores con un horizonte de inversión de al menos cinco años.
El fondo realiza una inversión sin restricciones en valores de renta variable global, que selecciona individualmente en base a un proceso bottom-up, de análisis de los fundamentales de cada empresa. Busca compañías incorrectamente valoradas por el mercado, bien por una percepción cortoplacista de los inversores, bien por una sobrerreacción a las implicaciones que a largo plazo puedan tener posibles alteraciones del modelo empresarial o por un análisis basado en una categorización artificial, que lleve a valoraciones erróneas.
El gestor de FAST-GLOBAL FUND desde el lanzamiento del fondo, el 30 de septiembre de 2013, es Dmitry Solomakhin. Se incorporó a Fidelity en 2006 como analista de renta variable europea, cubriendo los sectores aerospacial y de defensa, así como aerolíneas y logística. Fue también Gestor del FF Global Technology Fund de noviembre de 2008 a octubre de 2013. Es Licenciado (con Honores) en Matemáticas Aplicadas y Ciencia Informática por la Universidad Estatal de Moscú, así como MBA (con Honores) por el INSEAD.
El gestor trata de obtener alfa a través de una gestión dinámica de las posiciones individuales de los títulos, de una forma anticíclica. Para ello, se apoya en todos los recursos de los analistas de Fidelity, incluidos los análisis técnicos y de venta al descubierto, o posiciones cortas, para ayudar a identificar las empresas pertinentes para su estrategia. Mantiene mayores niveles de liquidez activa que otros fondos equivalentes con inversión tradicional long-only, pudiendo mostrar desviaciones significativas en su cartera respecto al mercado, tanto a nivel sectorial como de cada valor individual. El rango de exposición neta al mercado será de entre el 90 y el 110% del fondo en condiciones normales del mercado.
Referenciado al índice MSCI AC World, la cartera del fondo incluye entre sus mayores posiciones, acciones de Ericsson (6%) Danone (4,50%) China Mengniu Dairy Co (4,20%) Baker Hughes A Ge Co (3,80%) y Rolls-Royce Holdings Plc (3,80%). Por sector, los mayores pesos en su cartera corresponden a Sanidad (28,80%) Industria (22,80%) Materiales (10%) Bienes de consumo discrecional (9%) y Energía (8,30%).
Con un patrimonio gestionado de 30 millones de euros, la cartera muestra una positiva evolución por rentabilidad que lo sitúa entre los mejores de su categoría, en el primer quintil, durante 2015 y 2018, batiendo al índice de su categoría en 2016 y 2017. A tres años, su volatilidad es de 12% y de 9,25% en el último año. En este último periodo, registra una ratio Sharpe de 1,01 y su tracking error, respecto al resto de fondos de su categoría, es de 5,82 por ciento. La suscripción del fondo requiere una aportación mínima de 2.500 dólares (aproximadamente 2.164 euros) aplicando una comisión fija de 1 por ciento y de depósito de 0,35%. Adicionalmente, grava a sus partícipes con una comisión variable de 20% sobre resultados positivos anuales del fondo respecto a su índice de referencia.
Las Bolsas están recuperando unos niveles de volatilidad más normales, pero incluso este regreso a la normalidad ha resultado traumático para unos inversores acostumbrados a un largo periodo de condiciones inusualmente tranquilas. El equipo gestor piensa que estamos entrando en el final del ciclo, pero esta fase podría prolongarse a la vista de la fortaleza de los fundamentales.
El crecimiento de los mercados desarrollados se ha enfriado ligeramente, pero su tendencia reciente ha sido sólida y favorable a la renta variable. Además, los mercados emergentes siguen creciendo con fuerza. Del mismo modo, las inquietudes en torno al aumento de las presiones inflacionistas se han suavizado desde comienzos de año, cuando un crecimiento salarial más fuerte de lo previsto en EEUU. sobresaltó a los mercados.
La principal preocupación de los inversores es el viraje hacia políticas monetarias más restrictivas de los principales bancos centrales. No está claro cómo va a afectar a las economías la retirada de los estímulos monetarios y, de hecho, qué nivel y que ritmo de retirada es factible en la práctica a la vista de su magnitud. Creen incluso que las intervenciones menores por parte de los bancos centrales pueden tener un efecto considerable en unos mercados que se mueven a golpe de sentimiento y se encuentran próximos a la parte alta del ciclo. Del mismo modo, si se producen cambios inesperados en los datos macroeconómicos los mercados podrían experimentar vaivenes por su dependencia del momento, un comportamiento típico del final del ciclo.
Estos factores refuerzan la opinión del equipo gestor de que al ciclo económico actual le sigue quedando fuelle, pero también que el principio del fin se vislumbra en el horizonte y que el mercado podría girar en algún momento entre los próximos seis y dieciocho meses.
Por su sostenida evolución por rentabilidad, así como por su coste por volatilidad, especialmente en los últimos tres años, FAST-GLOBAL FUND obtiene la calificación de cinco estrellas de VDOS.