El impacto era percibido con mayor fuerza en Italia, donde los inversores en deuda también han estado inquietos por la posibilidad de que el nuevo Gobierno se embarque en una agresiva campaña de endeudamiento.
El economista jefe del BCE, Peter Praet, dijo el miércoles que el banco central estaba cada vez más confiado en que la inflación se está acelerando hasta alcanzar las metas y que el organismo debatirá la próxima semana cómo reducir gradualmente sus compras de bonos.
Los comentarios, emitidos justo una semana antes de una anticipada reunión del BCE, pusieron a los mercados en alerta hasta llevar a los rendimientos de la deuda de Alemania a 10 años a devolver todos los declives vistos la semana pasada por la preocupación sobre el nuevo Gobierno de Italia.
Algunos inversores esperaban que el BCE adoptara una postura mucho más cautelosa.
El rendimiento del bono alemán a 10 años escalaba casi ocho puntos básicos a 0,44 por ciento e iba camino a marcar su mayor aumento diario desde julio del 2017. Con la excepción de Italia, los retornos de los papeles de la zona euro operaban con alza de entre 5 y 9 puntos básicos en el día.
El euro también se apreciaba luego de los comentarios de Praet y tocó un máximo de 10 días ante el dólar.
Los mercados de dinero ahora otorgan una posibilidad de casi 90 por ciento de que el BCE suba sus tasas de interés en julio del próximo año. La semana pasada, en medio de la turbulencia por la situación política de Italia, no se consideraba un aumento de tipos al menos hasta octubre de 2019.
Los bonos italianos sufrían nuevamente las mayores pérdidas, ya que el nuevo gobierno siguió hablando de sus planes de elevar el gasto en la tercera mayor economía de la zona euro.
Los rendimientos de los papeles italianos a 10 años saltaban 20 puntos base a 2,96 por ciento, mientras que la rentabilidad del título a corto plazo escalaba 33 puntos básicos a 1,32 por ciento.