La actualización toma como referencia un petróleo a 50 dólares y fija en tres pilares su estrategia: la remuneración creciente al accionista; crecimiento rentable de sus negocios (upstream y downstream); y desarrollo de nuevos negocios vinculados a la transición energética.
Repsol se marca el objetivo de retribuir al accionista hasta alcanzar un euro por acción en el año 2020, mediante la fórmula de scrip dividend, junto con un programa de recompra de títulos que evitará la dilución de quienes opten por cobrar en efectivo. Para ello, seguirá aumentando la retribución al accionista, en concreto una media anualizada del 8%, hasta 0,95 euros por acción en 2019 y un euro en 2020. Entre 2018 y 2020, Repsol prevé invertir 15.000 millones de euros, repartidos en un 53% en su negocio de Upstream (exploración y producción) y en un 45% en Downstream (refino, química, marketing, lubricantes, trading, GLP, gas & power) y en activos de bajas emisiones de CO2. Repsol destinará 2.500 millones de euros a proyectos energéticos de bajas emisiones de CO2 y desarrollará nuevas oportunidades de negocio a largo plazo. El Plan Estratégico 2018-2020 podrá autofinanciarse a 50 dólares/barril (crudo Brent), precio en el que la compañía garantiza además el mantenimiento de una elevada flexibilidad financiera y de un nivel de deuda muy inferior a la media del sector. El aumento de la producción hasta los 750.000 barriles equivalentes de petróleo al día en 2020 se verá complementado por una activa gestión del portafolio, mediante la cual se sustituirán la producción de barriles por otros con mayor margen de beneficio.