En apariencia, el escenario es sencillo. Lo que está en juego es saber si el dólar encontrará más argumentos para prolongar su escalada o si, por el contrario, su empuje queda apaciguado.
En febrero, el euro llegó a cambiarse a 1,255 dólares, su cruce más alto contra el `billete verde¿ desde finales de 2014. Pero entonces, justo cuando el camino hacia los 1,30 dólares parecía despejado, el dólar despertó. ¡Y de qué manera! A finales de mayo, la divisa europea cayó hasta los 1,154 dólares. Es decir, una depreciación del 8% en apenas tres meses. Ahora, se cambia en torno a los 1,18 dólares a la espera de lo que la Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) digan y hagan en sus reuniones de política monetaria que concluirán el miércoles y el jueves, respectivamente.
Eso, en lo que respecta al cruce entre las dos principales divisas del universo cambiario. Porque ampliando la perspectiva a varias de las principales monedas emergentes, el dólar registra apreciaciones de doble dígito en este periodo contra referencias como el peso argentino, la lira turca o el real brasileño. La huella de esa secuencia se observa en un dólar que ya compra 26 pesos argentinos, 4,5 liras turcas o 3,7 reales brasileños, todos ellos cambios históricos o que sitúan al dólar en máximos de varios años contra estas monedas.
Considerando este realidad, y el hecho de que por ejemplo Argentina ya ha tenido que pedir asistencia financiera al Fondo Monetario Internacional (FMI) para intentar cortar la hemorragia del peso, cualquier novedad por parte de la Fed que depare un mayor aumento del rendimiento de los bonos estadounidenses o una mayor apreciación del dólar prometerá más 'fuegos artificiales' en los mercados.
DOS PALANCAS A LA VEZ
Semejante cambio de escenario entras las dos grandes divisas y sus réplicas en otras monedas en tan breve espacio de tiempo ha respondido a dos cuestiones principales. La primera, la más determinante, proviene de la fortaleza del dólar. La posibilidad de que, precisamente, la entidad presidida por Jerome Powell acelere la subida de los tipos de interés y termine realizando cuatro este año, en vez de las tres previstas inicialmente, ha dado alas a la divisa norteamericana. El descenso del paro, situado en el 3,8%, el nivel más bajo desde el año 2000, y las expectativas de que la inflación se irá acercando al objetivo del 2% que persigue la Fed han alimentado esa opción.
En cuanto a la segunda, procede de la debilidad del euro. En abril, el presidente del BCE, Mario Draghi, admitió que la economía europea estaba perdiendo fuerza. Aunque lo atribuyó a cuestiones ¿temporales¿, ese reconocimiento ayudó al descenso del euro. Y lo mismo ocurrió cuando la crisis política italiana, desatada en la segunda quincena de mayo, evidenció que las costuras del euro siguen sin estar lo suficientemente selladas.
Ambas palancas, una de manera directa -el dólar tiene motivos propios para subir- y otra por vía indirecta -como su principal rival, el euro, cae, la subida del dólar se ve reforzada-, han alimentado el rebote del 'billete verde'. Contra el euro, pero principalmente contras las monedas emergentes más sensibles a un cambio de escenario como el que se ha visto.
¿CÓMO PUEDE SORPRENDER?
La clave para saber si el dólar prolongará su reacción o lo verá truncada residirá en el grado de sorpresa con el que salde la reunión que comienza hoy y terminará mañana. En el actual cambio del dólar contra el euro ya está incorporada la cuarta subida de los tipos de 2018, con lo que cualquier alusión que enfríe esa posibilidad desinflará al `billete verde¿ y propiciará el rebote tanto del euro, al que además también podría dar fuerza cualquier sorpresa por parte del BCE, como de las divisas emergentes más castigadas. Y al contrario si confirma ese cuarto aumento y, sobre todo, si avanza que en 2019 también habrá hueco para otros cuatro, porque ahora se descuentan tres incrementos como mucho.
¿Ahora esperamos que la Fed eleve los tipos en total cuatro veces en 2018 porque la economía crece por encima de lo esperado y el lenguaje de la Fed sigue siendo duro pese a los riesgos de cola existentes. También esperamos tres incrementos en 2019 antes de parar porque las subidas acumuladas desde 2015 y la reducción del impacto del estímulo fiscal frenarán el crecimiento¿, aseguran desde Bank of America Merrill Lynch. ¿Tras la subida anticipada de los tipos de interés de la Fed en junio, esperamos dos aumentos más este año, para un total de cuatro en 2018. También esperamos ver dos incrementos más de los tipos en 2019¿, anticipa Franck Dixmier, director de renta fija de Allianz Global Investors.
A la espera de las novedades que llegarán el miércoles y el jueves, el consenso de mercado que recoge Thomson Reuters sigue teniendo un sesgo más alcista para el euro, aunque ha ido moderándose en las últimas semanas. Para dentro de seis meses, el consenso contempla de media un cambio de 1,20 dólares, con 6 de los 60 expertos situándolo entre los 1,25 y los 1,30 dólares; otros 29, entre los 1,20 y los 1,24; y 10 entre los 1,10 y los 1,15 dólares. Para dentro de un año, la media alcanza los 1,24 dólares.
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