Hasta la fecha, la Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU, ha elevado ya los tipos de interés siete veces desde 2015. No parecen muchas, pero ya son siete. Y si la entidad presidida por Jerome Powell cumple sus propias previsiones, en el horizonte aguardan dos incrementos más en 2018 y otros tres en 2019. En ese supuesto, los tipos, que estuvieron congelados en el mínimo histórico del 0-0,25% entre 2008 y 2015 y que actualmente ya están en máximos de una década, al encontrarse desde este miércoles en el 1,75-2%, despedirían 2018 en el 2,25-2,5% y 2019 en el 3-3,25%. Es decir, una secuencia que comienza a ser ya importante.
¿El ritmo de subidas sugerido por la Fed refleja el robusto contexto de crecimiento en EEUU, que está siendo fermentado por los estímulos fiscales en esta fase tardía del ciclo¿, apunta James McCann, economista Global de Aberdeen Standard Investments Global.
Y ahí reside una de las claves. Que el ciclo se encuentra ya en una ¿fase tardía¿. Con más o menos fuerza, lo cierto es que EEUU inició su ciclo expansivo, tras la peor recesión desde la `Gran Depresión¿ de los años 30 del pasado siglo, en julio de 2009. Acumula ya 108 meses de crecimiento, el segundo ciclo más longevo de la historia, y aspira con todas las de la ley a batir el récord de 120 meses registrado entre 1991 y 2001.
Para ello, claro está, deberá digerir las subidas de los tipos de la Fed y la `resaca¿ posterior al chute fiscal proporcionado por la reforma del presidente Donald Trump. En este contexto, las intenciones de la Fed, que ya han situado el rendimiento del bono estadounidense a 10 años por encima del 3% y el del bono a dos años más allá del 2,5%, que ya han propiciado un espectacular rebote del dólar contra las principales divisas, como el euro, pero sobre todo contra varias emergentes, como el peso argentino o el real brasileño, que ya han avivado la volatilidad en los mercados y que ya han agitado los cimientos de distintos mercados emergentes, todo ello sólo en la primera mitad de 2018, anticipan que 2019 será el `Año de la Verdad¿ para la recuperación. Es decir, el ejercicio en el que se calibrará si la recuperación es sólida o si, por el contrario, todavía estaba demasiado tierna.
TIPOS REALES POSITIVOS
Porque el próximo año el impacto de la reforma fiscal ya será menos intenso y porque, principalmente, las subidas de los tipos conducirán a que los intereses reales volverán a ser positivos en EEUU. Es decir,más altos que la inflación, con lo que la política monetaria pasará a ser ya más restrictiva, en contraste con la situación actual, definida aún como ¿acomodaticia¿ por la propia Fed.
Sin olvidar que, en paralelo, la institución seguirá reduciendo su balance, un proceso iniciado en octubre de 2017. Engordado durante la crisis hasta los 4,5 billones de dólares, por ahora lo ha adelgazado hasta los 4,3 billones. Y seguirá bajando, porque ahora lo recorta a un ritmo de 30.000 millones de dólares al mes, pero desde julio elevará esa suma a 40.000 millones y a partir de octubre, a 50.000 millones mensuales. La Fed estima que este proceso dejará el balance entre los 2,5 y los 3 billones de dólares, sustancialmente por encima de los 0,9 billones previos a la crisis, pero sin que eso implique que por el camino va a retirar entre 1,5 y 2 billones del circuito financiero desde esos 4,5 billones.
Con estos ingredientes, y aunque ahora la mayor economía del mundo luce muy buena forma, las sospechas se acumulan. Por lo que pueda ocurrir en los mercados financieros, con las cotizaciones de la bolsa y la renta fija sostenidas en la última década por las 'vitaminas' expansivas de los bancos centrales y con algunos países emergentes ya afectados de manera directa por la apreciación del dólar y el mayor atractivo de los bonos norteamericanos; en la economía estadounidense, que soportará unos mayores costes de financiación mientras carga con una deuda pública y privada de dimensiones históricas; y en la economía mundial, que también lleva a sus espaldas más deuda que nunca y que, además de la Fed, en 2019 asistirá a más medidas de corte restrictivo por parte de otros bancos centrales, como el Banco Central Europeo (BCE).
Esta misma semana, una de las gestoras de fondos más relevantes e influyentes del mundo, Pimco, ha reconocido en una presentación en Madrid que hay ¿muchas posibilidades¿ de que la economía estadounidense entre en recesión antes del año 2020. Es decir, en 2019.
En la cita de este miércoles, la Fed también anunció otra novedad. Desde enero, su presidente ofrecerá una rueda de prensa al término de cada reunión de política monetaria, como ya viene haciendo el BCE, cuando hasta ahora la realizaba cada dos citas. Tal vez intuya que en 2019 tendrá la necesidad de explicarse muy bien. Por lo que pueda ocurrir.
- La Fed eleva los tipos en EEUU al nivel más alto en una década... ¡y anticipa dos subidas más en 2018!