La firma de calificación ha señalado que, a pesar de que al comienzo del programa de compras las tasas de inflación habían convergido, la "divergencia" entre unos países y otros se ha acentuado desde el inicio de 2017.

Como consecuencia de esta separación, los países del Sur de la Unión Europea, más afectados por la crisis económica, tienen unas tasas de inflación más bajas. Mientras tanto, en los países del Norte tienen tasas ligeramente más altas, debido a las "limitaciones de capacidad y la presión sobre los precios".

S&P avanza que la solución del BCE llegará "demasiado pronto" para países como Italia o Grecia donde "la brecha de producción todavía es grande", mientras para Países Bajos o Alemania llegará "demasiado tarde". En opinión de la firma, esto implica que los países que todavía están "en una fase temprana de recuperación" también son más vulnerables a "impactos externos".

Por otro lado, la firma estima que la primera subida de los tipos de interés se realizará en el tercer trimestre de 2019, y que las siguientes subidas "serán pocas y estarán espaciadas", lo que apunta a una normalización gradual de la política monetaria.