Durante su comparecencia ante la comisión que investiga la crisis financiera, el rescate bancario, la quiebra de las cajas de ahorros y la caída del Popular, Sánchez Martínez ha dicho que estas dudas se manifestaron en marzo, con motivo de la ampliación de capital, y en los informes semestrales de junio y diciembre.
El responsable de la firma que auditó durante 35 años las cuentas de la entidad vendida en junio de 2017 al Santander por un euro ha explicado que estas dudas se señalaron en un "párrafo de énfasis", el espacio donde, ha dicho, el auditor podía "llamar la atención". "Utilizamos la alerta que teníamos", ha justificado.
En este párrafo se comunicó la "incertidumbre" de posibles "pérdidas significativas" con las que podía cerrar el Popular ese ejercicio, en el caso de las dos primeras advertencias, mientras que en la tercera se apuntó la posibilidad de incumplir los ratios de solvencia, a pesar de que en 2016 se cumplían.
"EL DINERO ES MUY MIEDOSO"
Sin querer pronunciarse como representante de PwC sobre el proceso de resolución --"ni se nos consultó ni opinamos, lo vivimos como un espectador más", ha dicho--, Sánchez Martínez ha atribuido la caída final a "una hemorragia" en forma de salida de depósitos "en un período muy corto".
"El dinero es muy miedoso, y basta que le des cuatro meses para que vuele. Y si el dinero es muy miedoso, en el mundo financiero más", ha dicho, destacando que "hay pocas entidades capaces de soportar una hemorragia como la que soportó Popular hasta quedarse sin liquidez".