El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, ha aprovechado su comparecencia en el Senado estadounidense para constatar "el sólido" ritmo al que la mayor economía del mundo sigue creciendo. Y en semejante escenario, al banco central norteamericano no le queda otro remedio que el de dar continuidad al aumento de los intereses. A su ritmo, eso sí.

"Con un fuerte mercado de trabajo, una inflación acercándose a nuestro objetivo y los riesgos sobre el crecimiento claramente equilibrados, la Fed cree que, por ahora, lo mejor es seguir subiendo los tipos gradualmente", constata Powell. Esa gradualidad responde a que ni Powell ni sus compañeros de la Fed son ajenos al riesgo de elevarlos "demasiado lento" y "demasiado rápido". Lo primero, según precisa el propio Powell, puede provocar "una alta inflación y excesos en los mercados financieros"; y lo segundo, "un debilitamiento de la economía y que la inflación estuviera permanentemente por debajo del objetivo".

Powell confirma así la hoja de ruta que la Fed telegrafió ya en junio, cuando anticipó dos subidas adicionales del precio del dinero en 2018 y otras tres en 2019. Este año, la Fed ya ha incrementado los tipos en dos ocasiones, en marzo y en junio, y por delante esperan las de septiembre y diciembre.

El presidente de la Fed tampoco niega que el comportamiento de la economía puede diferir del diagnóstico que realiza el banco central, pero no encuentra motivos que le aparten de esa estrategia. Reconoce que es "difícil predecir el resultado final de las actuales discusiones sobre la política comercial, así como el tamaño y el momento de los efectos económicos de los recientes cambios en política fiscal", aunque precisa que los riesgos a la baja sobre el crecimiento están equilibrados con la posibilidad de que la economía también crezca más de lo previsto.